ROSITA Y CLARITA PARTE II. UNA GIRA FAMILIAR
Fecha: 11/09/2017,
Categorías:
Sexo Interracial
Sexo con Maduras
Autor: Angelinno, Fuente: xHamster
... vamos, porque ya todos nos estamos durmiendo del cansancio. Te traes la botella de una buena vez.Nos fuimos de la tasca directamente hacia la camioneta, y haciendo que me encontraba mal, me fui hacia la parte de atrás y Rosita se vino conmigo para “cuidarme”. Habló con su marido y estuvo de acuerdo en que alguien debía “atenderme”. Sería ya alrededor de las cuatro de la mañana, cuando después de una larga y buena noche de rumba y pasión decidimos tomar de nuevo el rumbo a casa.Todo el mundo en la camioneta se durmió durante el trayecto: Clara, su papá, su hermano y Carlos con la pareja que había controlado que después supe que los ruidos que escuché en el baño era él tirando. Pero Rosita y yo seguimos despiertos hasta el amanecer, lo que solo se repartieron dos vasos llenos de whisky: y el mío que lo compartía con Rosita.Como estaba al final de la camioneta ella se sentó primero al lado de la ventanilla, después me pidió que pusiera mi cabeza en sus piernas, y lo hice. Quería utilizar las piernas como almohada. Me di la vuelta para buscar acomodo en las temporales almohadas que ella me habia prestado para “cuidarme” porque “me sentía mal”. Pero tenía una oreja pegada prácticamente en las tetas de ella, con cercanía al corazón, lo que pude sentir cómo su corazón latía con mucha rapidez. Intuí que se acercaba otra excitación y con mucha delicadeza, reconociendo además que pudiese tener la cucharota inflamada por las bestiales embestidas que le propiné en el baño de aquella ...
... tasca, fui moviendo paulatinamente mi mano hacia su dulce corazón. Me cerró de un solo golpe las piernas.- ¿Acaso no te sentías mal?-, me preguntó en voz baja.Le confesé la verdad.- No mi vida. Esto fue un paro para estar un rato más contigo. Eres mucho más caliente de lo que imaginé.Había una sola manera de colar mi mano por debajo de su vestido. Era besarla, y de hecho, así lo hice.Le di un profundo beso, y a medida que el beso fue agarrando sintonía, mi mano ya tocaba mis dedos jugaban aceleradamente con el clítoris de ella; cuando ella se dio cuenta, ya era demasiado tarde. Habíamos entrado nuevamente en un juego que en ese momento ni yo sabía cómo iba a acabar. Al principio se sobresaltó, pero no podía gesticular ni decir nada puesto que el autobús llevaba una familia delante que no tenía mucho rato durmiendo y que ignoraba por completo lo que estaba pasando entre Rosita y yo.Empecé a mover mi mano con rapidez, y ella me facilitó la maniobra abriéndose un poco más las piernas, teniendo ella tenía más campo libre para tocar mi mandarria, que estaba tan caliente y como creyó que iba a reventar, me bajó el cierre y en la oscuridad de la camioneta me sacó del pantalón mi verga para desahogarla. Ya su cucharota estaba bastante húmeda, clamando por su premio mayor, ya en ese punto pedía sexo tanto como yo...Todo estaba a nuestro favor, lo que permitía que no tuviéramos que interrumpir nuestra masturbación mutua.No hablábamos, sólo nos mirábamos de vez en cuando y sonreíamos. Ya ...