El despertar de Winona - Relatos Eróticos

El despertar de Winona

Estaba lloviendo a cantaros, en eso, suena mi celular, mi corazón palpitó fuertemente, trate de calmar mi voz y con un tono algo sensual le dije:-hola, buenas tardes!, al otro lado de la línea, una voz chillona y entre cortada solo me replicó cuestionándome, omitiendo el saludo: --¿Podríamos vernos ahorita?, es que acabo de tener una discusión con Sonrisas, necesito estar al lado de un buen amigo; -- insistió, le dije: recuerdas el departamento que compré?, te parece ahí?, pregunté algo intrigado. Ella contestó –Si por favor, pero quiero confesárselo también a Montero, necesito que me aconsejen. Está bien si nos vemos en 1 hra? Preguntó y afirmé.

De esa manera fue que llamé a Montero; como nos llevamos tan bien le dije:--Montero el deber nos llama!, una personita se siente mal. ¿Podrías dejar lo que estás haciendo y acompañarme por favor? En el depa en una hora--.

Así que llegué y ya estaba el auto de ella, estacionado, rápidamente abrí la puerta de su vehículo, al bajar pude notar la ropa que traia puesta, una falda sastre, de vestir, pero corta azul marino, blusa de botones color rosa palo, y un pequeño saco azul marino, no usaba medias, zapatillas altas y de buen gusto; al descender ella de su auto note que no traía medias ¡No las necesitaba! Sus piernas son esbeltas, grandes y lindas sus carnes en su lugar debido al deporte que le encanta hacer; sin embargo ella estaba sumida en tristeza, dolor rabia, frustada.

Le di la mano para que bajara del carro, la ...

... abrace y bese en su mejilla, asi abrazados nos fuimos caminando juntos al departamento, apenas entramos y le ofrecí un café y me dijo que no, que quería algo más fuerte, pensé en ron, y me lo acepto. En eso se escucha el timbre era Montero, así que abrí la puerta le dije: -- adelante—. Él ni siquiera me saludó. Fue inmediatamente a buscarla, sabia quien era la que tenía problemas, era Winona, la encontró sentada llorando en medio del love seat blanco de piel que contrastaba con sus prendas exteriores; ambos fuimos uno de cada lado a consolarla, ella requería toda nuestra atención.

Nos comentó el motivo por el cual estaba ahí sentada con nosotros, su esposo la había difamado e incluso la tachó de deshonesta por negocios que ellos tienen, ella perjuró y le demostró que no era cierto lo que él la estaba calificando, asi que sin mas me había llamado. Empezamos a escucharla, sin interrumpirla, brevemente le hacíamos un comentario y nuevamente la dejábamos explayarse, también ocasionalmente le servíamos ya no ron, sino tequila porque a ella le encanta también, al cabo de media hora, se sintió mejor, hasta nos dijo: --De verdad ustedes dos están cuando más los he necesitado siempre. Gracias por escucharme. Me ha hecho mucho bien, de verdad! Ya me siento más gustosa; ¡Y con estos tequilas que me ha servido Montero, hasta contenta me siento!!! , ¡¡¡A mí se me hace que …. Algo quieren y no es dinero verdad??--, soltamos los tres unas carcajadas de tan espontanea expresión! Nos abrazo a ...