Un trio inesperado
Fecha: 19/11/2019,
Categorías:
Sexo en Grupo
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Hola me llamo Julia, soy nueva en esto. Tengo 26 años y estoy casada desde hace 5 años. Me he decidido a contar mis historias porque desde hace un año mi marido y yo compartimos cama muy a menudo con terceras personas. De una de esas experiencias va mi relato.
Oscar (que es mi marido) me dijo una tarde que al finalizar la semana vendría a cenar con nosotros un compañero de trabajo con el cual también compartía gimnasio, Ramón. Bien lo que más me llamó la atención fue que durante todos los días previos a la cena Oscar me hablaba constantemente de Ramón, de sus atributos como compañero, de su buen gusto e incluso de sus atributos más personales. Mi marido es un hombre alto fuerte, muy atractivo y varonil, además de estar muy bien dotado. Sin embargo insistía mucho en el tamaño del pene de Ramón una y otra vez.
Llegado el día y después de preparar la cena me sentí raramente excitada. Aquella tarde recordé todas las cosas que mi marido había contado sobre su compañero. Me fui a dar una ducha y a vestirme para la ocasión, aún quedaba más de media hora, pero mientras esperaba podía tomar una copa tranquila. Me puse un bonito vestido que sabía que a Oscar le encantaba, uno rojo abierto en su totalidad por la espalda y con un escote más que generoso. Yo tengo buenos pechos, y según mi marido los más perfectos del mundo. Mientras tomaba una copa en la terraza sonó el timbre, María la chica que me ayudó con la cena fue la que abrió la puerta. Me levanté y fui a recibir a mi ...
... marido y al invitado, la verdad es que tenía mucha curiosidad por conocerlo. Oscar me dio dos besos y luego se apartó ligeramente para presentarme a su amigo Ramón. Me quedé sorprendida, la verdad es que era un hombre muy guapo. Era moreno con ojos verdes, alto como mi marido, varonil y con una preciosa sonrisa, de la cual se observaba una dentadura perfectamente cuidada.
Durante la cena conversamos de muchas cosas, me sorprendió ver con que facilidad entablamos complicidad. Me sentía agusto, tranquila. Mi marido estaba encantador, atento hasta el último detalle de mi, pero sin agobiar. Ramón especialmente seductor, y muy caballeroso. Me pareció por momentos que estaba mojándome las bragas. En un pequeño descanso que fui al baño, pude comprobarlo.
Al terminar la cena nos fuimos a la terraza y María se fue a descansar. Allí tomamos unas copas y nos pusimos a bailar, intercambiandose los dos hombre conmigo. Primero uno luego me soltaba este, y me cogía el otro. Empecé a excitarme de verdad, pasar de brazos de un hombre a otro y los dos tan atractivos empezaba a excitarme de verdad. En una de estas que estaba con Ramón bailando, recordé las palabras de mi marido sobre su pene enorme; sentí mucha curiosidad e intenté arrimarme más a él. Lo conseguí y noté en mi muslo una parte dura y grande que debía de ser su polla.
De tanto y de uno a otro acabó poniéndome mareada. Me senté un rato a descansar y es cuando mi marido comenzó a hablar única y exclusivamente de sexo. Ramón le ...