La delicia de Alicia 3 - Relatos Eróticos

La delicia de Alicia 3

... metía mis dedos índice. y anular a su boca, y regálame algo de tu saliva, lentamente la chica me comenzó a lamer los dedos, pasando su lengua por todos lados hasta dejarlos completamente empapados de saliva, pringosa y transparente, relájate, así sera mejor para ti, con mucha suavidad, toqué la entrada de su ano con mis húmedos dedos y eso le provocó un enorme rspingo pues nadie la había tocado allí antes. Comencé a hacer circulos alredor del anillo de su ano, dejando su saliva por todos lados y luego probé a meter completo mi dedo índice: si cavidad me aceptó despacio y Alicia no decía nada, su expresión resultaba un tanto extraña. A base de esfuerzo logré meter mis dos dedos para poder jugar con ella. Abrí y cerré mis dos para dilatarla lo más. posible, luego le pedí más saliva para lubricar todo lo posible. -Aqui va, le dije, acomodé la punta de mi dureza en la entrada de su culo, relájate, acaricié su abdomen, tenso como una piedra, estás muy tensa, te va a doler si no te relajas, Alicia me miro un tanto enojada pero respondió relajando los. musculos de sus nalgas, así me gusta, deslicé la cabeza de mi pene dentro de ella y su cara me contestó con una mueca de dolor. Su primera reacción fue tensarse de nuevo, pero con algunas caricias pude penetrarla un tanto más profundo hasta que mis bolas tocaron su piel. La sensación era aplastante: la presión de sus intestinos sobre mi herramienta era genial, ...

... completamente diferente a su boca o vagina, era otro nivel. -Alicia no creo aguantar mucho, le dije al odio pero su hambrienta colita hacia de todo para que me viniera, apretando con fuerza. Me decidi por bombear a la chica con firmes y suaves movimiento, ella parecía disfrutarlo hasta cierto punto. Mientras hacia mío su culo, mi. prima me besó los. labios. -Ya no puedo, tengo que sacarlo, Alicia clavo sus uñas en mi espalda. -Hazlo, me dijo, sacalo donde quieras, confío en ti, esas palabras de total entrega terminaron por acabar con cualquier intento mío por no correrme. Tiré toda mi semilla de golpe y en un último apretón. Alicia hacia una cara de placer tan hermosa mientras mi tibio semen se derramaba en sus entrañas. Me abrazó con fuerza mientras el orgasmo me atravesaba. -¿Acabaste?, pregunté a mi. prima pero ella me negó. -No te apures, lo disfruté mucho, sonreí un poco. -¿Porqur cuando tenemos sexo eres tan linda pero después tan odiosa?, Alicia me acarició la parte baja de la espalda. -¿Salio todo?, preguntó y yo asenti un poco apenado, que bueno, no debes dejar nada, podría hacerte daño si no, con un ligero empujón, salí de su ano y la calidez de sus entrañas me abandonó y con ella mis fuerzas. Cai sobre su cuerpo desnudo, parecía que acaba de correr un maratón. - A ti parece gustarte cuando soy así de odiosa, es fue lo último que recuerdo antes de caer rendido entre sus suaves brazos. FIN DE LA TERCERA PARTE