1. Visitando a una vieja amiga


    Fecha: 25/11/2019, Categorías: Incesto Autor: traviesopepe, Fuente: CuentoRelatos

    A pesar de que nos distanciamos, de vez en cuanto nos visitábamos o nos topábamos en cumpleaños, juntas, carretes… así fue que llegue a su casa para visitarla, no tratando de engrupírmela, aunque las fantasías estaban siempre presentes. Llamé y salió a abrirme la tía (bastante buena, ya les contaré en otra historia), me saludo cariñosamente, como siempre, me dijo que me pusiera cómodo que la Bety se estaba bañando, que me sentara en el living, que ella iba saliendo (da lo mismo donde). Esperé jugando con el celular, prendí la tele hasta que me dieron ganas de ir al baño, yo asumí que Bety se bañaba en el baño del segundo piso, así que pasé sin temor. Cuando entré se escuchaba caer el agua de la ducha, una voz, no muy afinada cantando y entre el vapor y detrás de la cortina se veía la silueta de un cuerpo joven y desnudo, su pelo liso que llegaba un poco más abajo que sus hombros, se notaba su boca carnosa, su cuello estilizado daba camino a sus pechos que terminaban en dos puntiagudos porotos, seguía su abdomen, no era plano, tenía ese rollito tan tierno que me encanta y esas piernas hermosas que empiezan en ese culito parado, por delante podía notar claramente el monte de venus. Casi se veía cómo el agua humedecía cada zona. Ahí estaba yo mirando como idiota, obviamente pasándome todos los rollos del mundo, con mi amigo parado a full. De pronto, asomó su cara entre la cortina y cómo si yo fuera uno de los niños de su jardín me retó, y me echo del baño. Avergonzado salí en ...
    ... silencio, tratando de arreglar la cosa, medio en broma medio enserio le pregunté si necesitaba que alguien le enjabonara la espalda, se rio y volvió a decir, con un tono amistoso, que la esperara fuera.
    
    Cuando salió del baño. Yo no sabía que decir, ni tenía idea de su reacción, así que traté de no mirarla, como si en el celular estuviera viendo algo realmente interesante. Llevaba solo una toalla, se acercó a saludarme, como si no hubiese pasado nada, yo estaba sentado al lado de la escalera, así que debía verme para subir a vestirse. Se sentó al lado mío y me dijo que le dolía el cuello y espalda si podía hacerle un masaje, no le dije nada, pero en forma automática puse mis manos en la zona.
    
    Comencé a masajear, tenía un olor exquisito, mezcla entre humedad y el aceite de baño que usaba, le dije que se relajara, que estaba muy tensa. Siento que va cediendo y cada vez voy probando con mis manos hasta donde me deja ir, bajo por sus hombros y corro de a poco la toalla, dejando casi desnuda su espalda, le pregunto si voy bien y asiente con la cabeza, me dice que mis manos son suaves y que le encantan que le hagan masajes, sigo aprovechándome y mis manos comienzan a abarcar la parte anterior de su cuello y de apoco siento nacer sus pechos. Cada vez bajo más, ella con los ojos cerrados se deja llevar y mi respiración cada vez es más cerca de piel, hasta que mi palma recorre sus pechos y mi boca rosa la base del cuello. Estoy muy excitado y su expresión me dice que también lo ...
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