El Baldío y El Mirador. 2ª parte.
Fecha: 01/12/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Autor: sexigaleno, Fuente: SexoSinTabues
... chorizo de estos del refrigerador!, ah ok, yo creí que era tu penesote, ¿Qué sentiste Jenny al escuchar eso?, ay Marvin latidos fuertes en el corazón, ¿nada más en el corazón?, ¡bueno también aquí, en mi puchita!, ¡uy que niña tan celosa!, ¿quieres hacer travesuritas?, todavía hay tiempo, antes de que te vayas, ¡bueno, pero quiero que me hagas algo distinto! Serían las once con treinta minutos de esa mañana, nos metimos a mi recamara, cerramos ventanas, cortinas desnudándonos completos, nos acomodamos en la cama individual mía, ella comenzó la manipulación de mi miembro que ya erguido estaba, le daba besitos a mi glande tronaditos, la fui acomodando a manera de que ella quedara encima de mí con su cabeza hacia mis piernas, de a poco ella comenzaba a lamer como helado, mientras su manita subía y bajaba en el tronco de mi pene, ¡la sensación era placentera!, yo también fui poniendo de a poco mi lengua en la ranurita e igual de a poco la iba metiendo, recorriendo el caminito al clítoris y viceversa, hasta encontrar el esfínter y seguir al anito ¡qué cerradito esperaba una caricia lingual!, al que le imprimí igual sus buenas lengüeteadas, seguimos un rato más, ¡ella en lo suyo, y yo a lo mío!, la nena ya soltaba fluidos muy leves, pero era obvio que eran de excitación, ella sola se volteó, se acomodó encima, haciendo el famoso caballito, pero lentamente se iba ubicando hasta encontrar mi pene entre sus nalguitas, la hice que se levantara y reacomodé mi pene en dirección a mi ...
... ombligo, mientras ella se sentaba en él, poco a poco, su imberbe ranurita fue arropando mi glande y tronco, hasta quedar unidos piel con piel de manera externa, mis manos maniobraban su cadera y le imprimía movimientos, ella lo entendió, ya que ella solita hacia el vaivén de atrás para adelante, pero lentamente, hasta que sus uñitas se prendieron en mi pecho y entre pujiditos y algo de chillidos, una vertiente de su pipí me baño el pene, testículos, vellos pubianos, inglés y piernas, para recostarse en mi pecho y quedarse semidormida. La deje encima de mí un breve espacio de minutos, su cuerpecito pegado al mío se veía muy desigual, lo mismo que nuestros sexos, pero si debo decirlo me satisfacía Jenny al máximo, ¿sería el morbo de su cuerpo en desarrollo, su núbil inocencia?, hasta esos momentos, no sabía descifrar mis sentimientos, ella se despertó y así nos miramos uno al otro, nos besamos apasionadamente y la fui bajando de encima de mí, yo no había acabado, estaba con dolor testicular por retener mi descarga espermática, ¡así que la encimé, para terminar yo!, ella abrió sus piernitas sin pedírselo, ni manipularlas, yo de 1.75 cms encima de su cuerpito de apenas 1.30 cms, pues así me acomodé perfectamente en su pelvis, comencé a moverme, mientras una de sus manitas fue a encontrar mi pene y se lo acomodó entre su vulvita, mi glande sentía el calorcito que emanaba de esos petalitos de vulvita tierna, fui lentamente presionando esa estrechez con precaución, mientras veía sus ...