1. En un estudio


    Fecha: 13/09/2017, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    Conseguí un trabajo de estudio de diversidad biológica en un parque nacional y me asignaron un compañero que me acompañaría. Tenía 24 años y acababa de graduarme. En las oficinas me miraron picaramente y sonreían comentando algo.
    
    Conocí a mi compañero dos días antes de partir al trabajo de campo. Era un hombre negro de treinta y tantos años, muy alto y fuerte, yo por el contrario era rubio, delgado y de estatura media. Noté que al mirarnos en la oficina reían y pregunté que pasaba. Uno de ellos me dijo: Tu compañero tiene fama de ser muy activo sexualmente y todos creen que terminarás siendo su hembra. Además, mira su bulto, es enorme.
    
    Dos días después llegamos al parque, allí descargamos y armamos un campamento en una playa perdida. Quedamos solos. Esa tarde Ramón, asi se llamaba se desnudó totalmente y se metió al agua para refrescarse, pues hacía calor. Lo miré y ví que era muy musculoso, y tenía un sexo enorme. Entre también al agua, estaba entre asustado y curioso con el. Notó que lo miraba y noté que me miraba mucho. Cenamos temprano y el se perdió, aproveché y me desnudé para bañarme, había mucho Pancton y empecé a jugar con la bioluminiscencia. De pronto vi a Ramón a mi lado, miraba fascinado, se movía de lado viendo como miles de puntos iluminaban sus manos. Ví algo bajo el agua y lo toqué, era su sexo y estaba totalmente erecto, retiré mi mano asustado, pero el las tomó y me dijo: Estamos solos, y ver tus bellas nalgas desnudas me excitó mucho, sentí como ...
    ... rodeaba su sexo con mis manos, y tomando repentinamente mi rostro con sus manos me beso en la boca. Traté de zafarme, pero era muy fuerte, pensé que me violaría con facilidad, y eso me excitó. Le pedí que parara y el fue tierno y galante conmigo, me soltó pero siguió hablandome de sexo y de su gran apetito sexual, me convenció de dejarlo masturbarse conmigo, y perdí la cabeza de deseo.
    
    Allí, en aquella playa solitaria y escondida, perdí mi virilidad con el, convirtiendome en su hembra. Esa noche y los siguientes días, Ramón me trató con mucho amor y delicadesa, al comienzo me molestaba su enorme sexo cuando me penetraba, pero después mi cuerpo se acostumbró y tuve orgasmos muy intensos mientras me poseía.
    
    Volvimos después de una semana a la ciudad por 3 días, antes de volver a una región aún más remota del parque por 3 semanas. Esta vez Ramón me depiló totalmente con crema, pintó mis uñas, me hizo vestir hilos dentales, y me maquillaba antes de hacerme el amor. Aprendí a disfrutar de aquel hombre y a satisfacerlo a plenitud, enamorandome perdidamente de él. Al volver por una semana a la ciudad, salí con mi hombre, sin ocultar mi nueva sexualidad y nos mudamos juntos.
    
    Volvimos al parque por 2 semanas y allí me propuso casarnos. Acepté a pesar que no sabía como podríamos casarnos. Ramón me montaba de 3 a 5 veces al día y cada día lo deseaba más. Al volver por una semana de descanzo, fuimos a un país vecino donde el matrimonio gay es legal y nos casamos.
    
    Ramón me ...
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