Embrujado por la pasión de mi madre
Fecha: 09/12/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: omarito, Fuente: CuentoRelatos
Todo comenzó aquel día que después de cinco años de no ver a mi madre. Yo me había ido de mi país, en busca de un futuro mejor. Por suerte mis proyectos se cumplieron mejor de lo había pensado. Casi los cinco años en el extranjero, fueron suficientes para conseguir un muy buen trabajo y una excelente vida, con bastantes lujos.
Siempre que hablábamos por teléfono con mi madre ella lloraba, diciéndome lo mucho que me extrañaba, y lo que me necesitaba, a mí eso me partía el alma. En este tiempo mi madre se había separado de mi padre, cosa que no me extrañó mucho, porque hacía mucho tiempo que las cosas no andaban bien con ellos. Sabiendo que mi madre no estaba muy bien, no dudé en invitarla. Sin pensarlo, al ofrecerle mi invitación ella dijo que sí. Pero no quería viajar sola, así que lo hizo con una de mis tías. Ella, mi madre, tiene 42 años, mi tía tenía en 35 años, eran y son, unas mujeres muy hermosas. Mi madre siempre fue muy linda. Aunque nunca la había mirado como una mujer sexy. Sabía que lo era, por la forma de ser ella, atrevida y provocativa. Mis amigos siempre me lo decían, cosa que siempre me molestaba. Pero muy dentro de mí sabía lo atractiva y apasionada que ella era. Llego el día. Las fui esperar a aeropuerto. Fue reencuentro muy emotivo. Las dos estaban hermosas, muy sexy, mi tía con pantalón de cuero, ajustado, marcando todas sus curvas, y una remera muy ajustada, delineando muy bien sus pechos, lo cual no pasó nada desapercibida entre toda la muchedumbre. ...
... Mi madre, siempre fue más clásica, pero aun así, mucho más sexy. Una pollera muy corta, hasta las rodillas, unos tacos muy altos, una camisa, transparente, que dejaba ver sus hermosos pechos, debajo de su corpiño de encaje.
Después de un mes de estar en casa, la estábamos pasando muy bien. Yo me sentía muy a gusto con ellas y al parecer ellas también. Cada uno tenía su habitación. Yo siempre llegaba tarde de mi trabajo y ellas me esperaban, junto a mi novia, para cenar.
Tendría que hacer un capítulo aparte, sólo para hablar de ella. Mujer físicamente perfecta. Es y será hermosa, medidas espléndidas. Y lo que más me gustó de ella es su devoción al sexo.
Esa noche, salimos con mi novia, los dos solos. Una noche normal de una pareja. Y al regreso, sexo y más sexo en mi habitación. Ese día los dos estábamos muy excitados, lo pasamos realmente bien. Ella gemía como nunca, que seguramente esos gemidos los había escuchado mi madre o mi tía. Estábamos los dos agotados, mi novia se durmió profundamente. Y fui a buscar desnudo algo de tomar.
Voy hasta la cocina y al regreso, siento unos ruidos. Me paralizo. Y no sabía qué era. O por lo menos no quería imaginar que era. Efectivamente eran susurros de excitación, provenían de la habitación de mi madre. No lo podía creer. Era mi madre, masturbándose me pregunté. Seguía sin querer creerlo. Sigilosamente abrí la puerta de la habitación y vi, a través del espejo, a mi madre masturbándose delicadamente. Mi erección fue instantánea. ...