¡Soy tu Preceptora!
Fecha: 13/12/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: JulietaCZ, Fuente: CuentoRelatos
... comerme su chota con fanatismo, me la comía completa, la besaba toda, me la pasaba por la cara, lamía sus pelotas peludas y agarraba su culo con ambas manos. En un determinado momento me di cuenta de que el había comenzado a gemir. Entonces me saqué su verga de la boca y dije «¡Soy tu preceptora, haceme caso y no hagas ni un sonido!».Él asintió con la cabeza. Solo entonces volví a meterme ese chotón en la boca. Él en ese momento tomó confianza y comenzó a coger mi boca, cuando le miré la cara fue increíble, él estaba fascinado, no podía creer que su preceptora tuviera su verga en la boca.
Cuando sentí que su verga estaba lo más dura posible. Me saqué su verga de la boca y le dije «¿Quiere cogerme alumno Alexis?». Él no contestó, solo abrió los botones de mi blusa y comenzó a chuparme las tetas, mientras yo pajeaba su verga con mi mano. En ese momento me pareció escuchar un ruido en la puerta, pero decidí no darle importancia.
Cuando al fin se decidió a cogerme, yo me saqué rápidamente la poca ropa que me quedaba y me senté sobre mi escritorio con las piernas abiertas, a lo que Alexis no dudo ni un segundo en venir a cogerme, ...
... me envistió varias veces con mucha fuerza, yo estaba en la gloria ¡al fin me cogía a este chico!!!
Sus envestidas duraron poco, luego comenzó a cogerme más lento y a los pocos segundos se acerca a mi oído y me dice «Preceptora, me estoy por acabar». A lo que yo conteste «¡salga de adentro mío alumno!».
Él salió rápidamente, era una imagen hermosa, él todo sudado con su verga parada al máximo y todo tensionado. Cuando me salí de mi trance, automáticamente me arrodillé frente a él y comencé a petearle la verga. Yo sentía que él se estaba por acabar, pero no me importó, yo seguí disfrutando de esa hermosa verga. Cuando él se acabó el primer chorro lo lanzó dentro de mi boca, pero dio un paso para atrás y su segundo y tercer chorro los pegó en mi frente y en mis tetas. Me tragué y me limpié su leche respectivamente. En ese momento, él me confiesa que yo acababa de desvirgarlo.
Al llevarlo al aula él tenía una sonrisa de oreja a oreja, y cuando lo dejé le dije a la profesora que le había dado un buen escarmiento.
Esta confidencia no termina aquí, pero para no extender demasiado el relato, continuaré, el relato en una secuela.