1. La cabaña para el fin de semana


    Fecha: 14/12/2019, Categorías: Sexo con Maduras Voyerismo Tabú Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster

    ... dura.Pero mi sensual esposa sonrió y frotó sus labios vaginales contra mi pubis, hasta lograr que mi pija se pusiera un poco más tiesa.Luego se empaló ella misma y comenzó a cabalgar sobre mi cuerpo suavemente.Yo estaba tan caliente, que tardé menos de cinco minutos en acabar dentro de su delicada y húmeda concha. Ella sonrió y me dijo que estaba todo bien.Desmontó de mi verga y se dedicó a lamerla hasta dejarla otra vez limpia…Luego me confesó que había quedado bastante satisfecha con la fechoría cometida; ya que ese flaco la tenía bastante grande y la había cogido muy bien.Anita había acabado un par de veces con esa verga hundida en ella; pero había reprimido sus aullidos de gata para evitar despertar a todos los huéspedes…La besé profundamente y le lamí sus pezones erectos; luego le hundí un par de dedos entre sus labios vaginales y la bombeé suavemente hasta hacerla acabar.Mientras Ana recuperaba la respiración, le pregunté si ahora estaba satisfecha también conmigo. Admitió que yo siempre la dejaba satisfecha; pero agregó que ese pibe la había invitado a su cabaña, para proseguir en un lugar más cómodo.Le había prometido que a ella le encantaría por el culo; pero Ana le dijo que estaba asustada de sentir ...
    ... semejante tamaño de pija en su estrecha entrada trasera…Pero el pibe era muy insistente y le dijo que su amigo no la tenía tan grande y que entonces podrían intentar una doble penetración. Eso convenció más a Ana…Me suplicó que le permitiera ir con ellos… solamente sería por un rato. Un polvo y volvería a nuestra cama. Pero yo sabía que eso era imposible para ella…Me besó otra vez y salió del cuarto, vestida solo con esos tacos y su bata de toalla..La cabaña de esos pibes era cercana y, una vez arriba, Anita se asomó por la ventana del dormitorio y dejó abierta la persiana para que yo pudiera escuchar todo lo que sucediera…Un rato después, en medio del silencio de la noche, podía distinguirse el chirrido de esa cama y los gemidos de mi mujercita. Enseguida unos alaridos de dolor, me dejaron saber que la estaban sodomizando…Caí rendido de sueño después de una hora de escuchar los quejidos de Anita y de la cama donde la estaban cogiendo.A la salida del sol reapareció otra vez.Ahora traía su hermoso cuerpo lleno de manchas de semen, moretones y rasguños.Los labios vaginales estaban enrojecidos y dilatados; al igual que su entrada anal.Le pregunté si había quedado bien satisfecha.Me sonrió y cayó rendida sobre la cama… 
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