1. La reeducación de Areana (20)


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Incesto Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos

    ... con la monjita. Pero cuidado con agotarse, putas, que todavía les queda una visita.
    
    -Si, señorita Milena. –dijeron a dúo madre e hija y abandonaron prestamente la habitación. La asistente advirtió el hilito de sangre que había brotado de la vagina desvirgada y entonces fue al baño y volvió con un frasco de agua oxigenada y una gasa. Limpió rápidamente esa huella de la desfloración, corrió al baño a devolver el agua oxigenada, echó la gasita en el cubo de los residuos y volvió junto a Margarita. Quitó entonces la almohada de bajo el cuerpo de LA chica, cuya respiración se iba normalizando poco a poco, se tendió junto a ella y le preguntó:
    
    -¿Cómo te sentís, monjita?
    
    -Feliz como nunca pensé que podría serlo… -contestó la chica luego de exhalar un largo suspiro.
    
    -Me alegra eso, Margui, pero ahora tenés que hacerme sentir feliz a mí, ¿no te parece?
    
    La chica entendió perfectamente lo que Milena le estaba sugiriendo y entonces se incorporó a medias en la cama para después inclinarse sobre ella y rozar con sus labios entreabiertos los labios de la asistente.
    
    -Quiero tu lengua, monjita… -dijo Milena después de un largo y apasionado beso.
    
    -No me digas monjita, decime putita… -pidió la chica frunciendo sus labios en un mohín que a Milena se le antojó delicioso.
    
    -Sí. –dijo. –Quiero que seas muy putita, cada vez más y más putita.
    
    -Sí… Oíme, Milena, yo a vos te debo la vida… Sí, porque lo mío de antes no era vida. Yo empecé a vivir ahora acá, con vos y con ...
    ... esas… con esas esclavas… Por eso pedime lo que quieras, pedime que sea putita, pedime lo que quieras…
    
    La asistente sintió entonces que todo su morbo la invadía como una marea que ocupaba todo su ser y dijo:
    
    -Dame lengua y después te digo lo que quiero, putita… -dijo Milena y entonces Margarita comenzó a deslizarse en dirección a los pies de la asistente sin dejar de mirarla a los ojos y pasándose la lengua por el labio superior hasta que tuvo la cabeza a la altura de las ingles de Milena, que había empezado a mojarse en abundancia. Margarita recordó entonces lo que le había hecho Areana con sus dedos y a poco de comenzar a lamer la concha de Milena y de juguetear con su clítoris empapó dos de sus dedos en el flujo que brotaba en abundancia buscó el orificio anal y sin contemplaciones metió ambos arietes hasta los nudillos, provocando en Milena una fuerte sacudida y un largo gemido de placer.
    
    Margarita lamía a fondo esa concha una y otra vez, de arriba abajo y atrapaba cada tanto el clítoris entre sus labios para sorberlo y lamerlo alternativamente, sin dejar de avanzar y retroceder con sus dedos por dentro del culo de Milena, que no tardó en disolverse en vivido como uno de los más placenteros en mucho tiempo mientras Margarita, con las mejillas ardiendo, bebía sedienta toda esa sustancia orgásmica hasta la última gota, para después echarse sobre Milena en medio de un largo suspiro, sudorosa y feliz, plenamente ella como jamás lo había sido.
    
    Más tarde, mientras se ...