La reeducación de Areana (20)
Fecha: 16/12/2019,
Categorías:
Incesto
Autor: señoreduardo, Fuente: CuentoRelatos
... frenéticamente echada en la cama totalmente desnuda y con Areana en su mente.
……………
La primera visita llegó puntualmente a las cuatro de la tarde y fue recibida por Milena en la puerta de entrada del edificio. Era Margarita, una muchacha de veinte años, palidez extrema y aspecto y vestuario curiosos, teniendo en cuenta su edad.
“¡Veinte años y se peina con rodete!” –se asombró la asistente. “¡Y ese vestido que lleva!”
Era un vestido gris, de manga larga, con cuello y abotonado atrás en todo su largo y el insólito atuendo se completaba con los zapatos negros abotinados que la joven calzaba
-¿Señorita Milena? –preguntó tímidamente Margarita mientras jugaba nerviosa con la cartera negra que sostenía entre sus manos.
-Sí, soy Milena y vos Margarita, claro.
-La joven asintió con la cabeza y entonces Milena le indicó que la siguiera. En el ascensor observó detenidamente a la visitante, que parecía tener buenas formas disimuladas en parte por la amplitud del vestido.
¿Qué hacés de tu vida, Margui? –le preguntó.
-Estudio abogacía y trabajo en un estudio jurídico. –fue la respuesta.
-¿Estudiás en la UBA?
-No, en la… en la Universidad Católica… -fue la respuesta que Milena percibió dicha en un tono extraño, como vergonzante.
-¿Y vas vestida así a la facu? ¿Y con ese rodete?
-Sí, claro.
-¿Y tus compañeros qué dicen?
-Y… algunos se ríen y viven burlándose… -admitió la chica con la cabeza gacha.
Muy intrigada la condujo al living, donde las ...
... esclavas esperaban desnudas, en cuatro patas y con sus collares. La joven las miró y su primera reacción fue girar la cabeza, como si esa visión le disgustara.
-¿Qué pasa, querida? –le preguntó Milena. –Vamos, podés confiar en mí, contame.
La joven pareció durante un momento y finalmente dijo en voz baja:
-Mis padres son evangelistas fanáticos de una moral asfixiante… ¡Mire cómo me obligan a vestirme y a peinarme! ¡Es ridículo!
-Sí, una lástima, porque sos muy bonita, pero te ves espantosa con esa ropa. –dijo Milena a modo de estocada. Luego le rodeó los hombros con un brazo y al atraerla hacia ella advirtió que la joven se estremecía- Entonces le apoyó los labios en la oreja derecha y le susurró:
-Me imagino que sos virgen, ¿cierto?...
-Por favor… -rogó la pobre y entonces Milena la tomó de un brazo y resueltamente la llevó hasta el sofá.
-Sentémonos y hablemos tranquilas, nena, aquí no estás ante evangelistas fanáticos. Nada que ver, acá somos putas, ¿te suena eso?
La joven sintió que sus mejillas ardían mientras algo similar a una férrea cadena iba disolviéndose en su interior. En su confundida mente se vio saliendo de una jaula cuya puerta acababa de abrirse. Fue en ese momento que escuchó decir a Milena con tono autoritario:
-Sacate ese vestido ridículo y esos zapatones horribles y soltate el pelo.
-Me da vergüenza… -murmuró mientras sentía un fuerte deseo de obedecer.
-Acá viniste a liberarte, Margui ¿o no? –la apuró Milena.
-Sí… Es ...