1. Las tetas de mamá


    Fecha: 16/12/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    Miguel Ángel abrió la puerta y entró en casa. – ¿Dónde estás, mamá? – Estoy aquí, en la cocina. Miguel Ángel tenía 14 años, era el menor de tres hermanos, su experiencia sexual era nula, hacía poco que había empezado a masturbarse, eso sí, lo cogió con afición y todos los días se hacía una paja por lo menos. Últimamente el objeto de dichas pajas era su madre, no sabía muy bien porque pero se había obsesionado con ella, sobre todo con sus tetas. Pilar, su madre era un ama de casa típica de esa época, finales de los setenta, era bajita y algo regordeta, ¿Sus tetas?, Eran grandes, pero no exhuberantes, las típicas tetas que han dado de mamar a tres hijos. Ella no las lucía, iba siempre bastante recatada, en casa con una bata de manga corta en verano o una guateada en invierno. Cuando salía a la calle lo normal es que fuera con una camisa o polo y una falda o un vestido hasta las rodillas, incluso había descartado un vestido que tenía por ser demasiado escotado. ¿Le destacaban las tetas? Si, pero no era por su culpa. Miguel se sentó en la cocina, su madre trajinaba en los fogones y le daba la espalda. Vaya culo que tiene mi madre, pensó, no podía quitar los ojos de él. No sé lo pensó, se sacó la polla y se empezó a masturbar, como su madre se diese la vuelta no sabía que iba a decirle – Estás muy callado, hijo. – Si, dijo, mientras seguía meneandosela. – ¿Que tal el colegio? – Bien mamá, me han sacado a la pizarra y he resuelto bien un problema. – Así me gusta. Se iba a ...
    ... correr, se levantó sin saber muy bien que hacía y le echó el semen a su madre en la bata, a la altura del culo, se metió el rabo dentro del pantalón rápidamente. Su madre sintió algo en el culo y se volvió, se sorprendió al verle tan cerca. – Leches, hijo, que susto me has dado creí que estabas sentado. – Es que iba a ver qué hay de comida. – Hay lentejas dijo su madre. – Vale mamá, me voy a mi cuarto a estudiar. Su madre se quedó sola en la cocina, echó la mano para atrás, donde había sentido el golpe y lo notó húmedo. ¿Que es esto,?, Pensó. Se miró la mano y casi da un grito, vio la sustancia blanca y pegajosa y supo que era semen y solo podía ser de su hijo. Se quitó la bata y vio el manchurrón, había sido una buena corrida. Hecha una furia se dirigió a la habitación de su hijo sin importarle estar en bragas y sujetador. – ¿Que es esto, Miguel? Dijo enseñándole la bata. – No se mamá, parece agua, dijo Miguel que no podía quitar los ojos de las tetas de su madre. Además yo estaba en la habitación. -¿Y antes cuando estabas en la cocina, que has hecho? – Nada, mamá. Hablar contigo. Pilar se dió cuenta de cómo le miraba las tetas, se cubrió un poco con la bata y salió asustada de la habitación. Su hijo era un monstruo. Dejó la bata en la lavadora, se vistió con una falda negra y un suéter blanco, el suéter le estaba algo estrecho lo que hacía que sus tetas destacasen más, ella no se dio cuenta, pero el que seguro se ba a dar era su hijo, al que le encantaba ver a su madre con ese ...
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