¡Mi hermana, mi mujer, uf! - Epílogo a cargo de Ana
Fecha: 22/12/2019,
Categorías:
Hetero
Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos
... hermanos en cada cama. Les dimos el beso de buenas noches y salimos de la habitación. Entonces me dice Gloria.
Te lo has “tirado” ya ¿verdad?
¡Por Dios Gloria! Eso ni se pregunta ni se contesta.
¡O sea, que sí, que te lo has tirado! Ayer ¿verdad?... Claro, y hoy también, seguro que esta mañana. ¡Menuda “sequía” que te traías! ¡Te “regaría” a modo el “huerto”!... ¿No?
¡Calla ya Gloria, calla ya!
Luego te remojó bien el huerto. ¡Qué envidia me da Dani! Por cierto... ¿Qué tal un trío de vez en cuando?
¡Ni lo sueñes!
Gloria se echó a reír a carcajadas, acompañada por mí, y las dos nos tomamos por la cintura y caminamos hacia el salón. Pero entonces me detuve un momento, sorprendida por un pensamiento que antes no me asaltara; me desprendí del brazo de Gloria y, mirándola fijamente a los ojos, le pregunté directamente con ademán muy, muy serio
¿Seguro que esto no te importa, que no te duele, que ahora sea yo la mujer de Dani?
Seguro Ana; me alegro que sea así, me alegro por mis dos grandes amigos, los que más quiero. Es más, recuerda que ya antes te dije que estaba harta de hombres, que me gustaban más las mujeres ¿verdad? Bueno, pues te contaré un secreto: Tengo una amiga... digamos... ¡Muy íntima! ¿Entiendes verdad?
(Ana, riendo) ¡Claro que entiendo, y deseo que lo disfrutes!
Gracias chica. ¡Qué lástima que, en vez de “liarte” con Dani no te liaras conmigo! ¡Por que tienes un cuerpo como para perderse una!
¡Pues no, que este cuerpo ya tiene ...
... dueño!
Con esto se acabó la conversación entre las dos amigas. Llegaron al salón y de nuevo fue Gloria quien rompió a hablar.
Venga “tortolitos” ¡A la cama! Que también yo quiero descansar un poco... ¡Claro, si me dejáis!... ¡”Cortaos” un poco, “porfa”, que una no es de piedra!...
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Ha pasado cerca de año y medio desde que regresé con Dani y mis hijos a mi casa. Encontramos y compramos, mejor dicho, compré, la casa en el pueblo que queríamos. No fue tan fácil como creía, pues aunque eran varios los edificios deshabitados y abandonados, lo malo era encontrar a los dueños que no vivían ya en el pueblo, apenas si por allí aparecían y malamente sabía nadie dónde encontrarlos. Así sucedió que antes encontramos comprador para mi piso que al dueño de la casa. Afortunadamente el comprador nos concedió dos meses para desalojar el piso y entregárselo, pero aún así tuvimos que alquilar una vivienda próxima al piso por unos siete meses, pues aunque la casa la compramos antes de que los dos meses de tregua finalizaran, ésta necesitaba bastantes reformas más lo que nosotros queríamos hacer. Menos mal que el precio fue irrisorio y disponíamos de bastante dinero. No lo suficiente para cubrir las obras que queríamos hacer en la casa nueva, pero con un préstamo supliríamos el resto
La casa del pueblo es una antigua casona rural, de firme portada de madera maciza, gruesas aldabas y muros exteriores construidos a base de sólidos bloques de piedra viva. ...