Mi hermana Pamela - Relatos Eróticos

Mi hermana Pamela

... panties de maya, que eran parte de un babydoll. Según ella, estaba un poco ébria como para hacerlo por si sola. Así que igual que a una niña pequeña. Le senté al borde de la cama, y le dije "estirate en la cama, y levanta la pierna". Ella seguía completamente desnuda y miraba fijamente mis movimientos. Esperando quizas algún tipo de reacción. Uff. todo pasó en camara lenta en ese instante. Logré, con mucho esfuero. Poner esa pantie en su pierna derecha. Cuando me tocó la izquiera, volví a solicitar que levante le pierna. Pero esta vez, fué algo diferente. Porque su pierna en vez de subir. Se fué hacia el lado. Dejando a la vista esa hermosa, y depilada vagina. Con un olor a rosas que nunca había sentido en otra mujer. Respiré hondo. Me arrodillé. Y tomé sus piernas con mis brazos. Como si se tratase de una diosa, besé su muslo con mucha delicadeza. Ella se reincorpora y me dice al oído. " Sácame las ganas. " Con una mano, le doy un ligero empujoncito hacia atras, para que siga recostada. Mis labios, tocaron por primera vez su clitoris. Pasé lentamente mis labios por los suyos. como buscando abrirles de a poco. A lo que ella solo respondía, apretando el cobertor de la cama, y suspirando como si supiera que estaba a punto de recibir todo el amor que necesitaba. Luego de ese suspiro. Supe que era momento de darle algo más. Asi que con mi lengua, me abrí paso. Y comencé a dibujar un circulo en su clitoris. Abrí mi boca, como si fuese a entregar un beso francés. Y con mucha ...

... saliva como mi tinta. Escribí un hermoso poema. Tragué, y tragué cada gota que salía de su parte más íntima. Con mis brazos enredados a sus piernas. Logré levantar un poco más sus caderas. Abro los ojos y por 1 segundo, puedo observar mi desastre. Una mujer completamente satisfecha. Babeando de placer, entregada por completo a mí. Y solo a mí. Al levantar un poco sus caderas. tenía ante mí, ese ano tan bello que habia podido observar, minutos antes. Mi lengua se disparó a ese lugar. El cual nadie habia visitado nunca. Mi bella hermana. Estaba sintiendo una lengua, en un lugar que nadie había tocado. ( Ni su esposo ). Entre gemidos y suspiros, logro escuchar una confesión. Algo que no le había pedido a nadie, por miedo al rechazo. "Quiero que tu lengua entre bien en mi culito, hermano. " Fuí el encargado de hacer su sueño realidad. Y mientras lograba masajear su clitoris con mi mano derecha. Mi lengua invadía cada rincón de ese culito tan hermoso que se gastaba. ¡Hasta que pasó!. Sus piernas me atraparon, y precionaron muy fuerte. Su cuerpo comenzó a temblar. Casi al extremo de pararse, sacando el pecho en un ritmo coordinado con su cabeza, que quedaba tocando la almohada. Rápidamente cambié de lugar y puse mi boca en su vagina. Listo para recibir ese nectar con el que siempre había soñado. Sentí lástima por ese ejercito de gemidos que por desgracia, se vieron opacados por un miedo a ser descubiertos. Pero ante mi, se mostraba una infinidad de suspiros casi alarmantes. Luego de ese ...