1. Mi Tio El Ranchero (CUARTA PARTE )


    Fecha: 24/06/2017, Categorías: Masturbación Primera Vez Tabú Autor: Juan_Ivan, Fuente: xHamster

    ... mijo!... no se haga pendejo... que esta chingadera ya está hirviendo. Y de paso te vas a enterar a qué huele un hombre caliente". Su verga parada apuntaba hacia un lado.Mi boca y mi garganta estaban secas. Me costaba trabajo respirar. Pero no me amilané. Me acerqué y al verla de cerca, volví a caer hipnotizado por el espectáculo del paquete de mi tío. La tomé con una mano y enseguida retraje el prepucio hasta el tope, lo que efectivamente me brindó la oportunidad de percibir por primera vez el olor de un hombre caliente. Se parecía mucho al olor que mi verga tenía a veces, pero este era mucho más intenso y no me desagradó. A penas la había tocado, dice el tío: "Aaaay cabroncito, tienes magia en las manos... nomás con tocarme ya me quiero venir... ¡mira nomás cómo me tienes!".Estuve acariciándolo un buen rato. El beso se me había olvidado. La sensación era por completo diferente al la del río, pues ahora estaba seco. Aproveché para sentir sus huevos peludos y resultó ser una bolsa pesada que ocupó toda mi mano. Me pidió que se los apretara y obedecí. Gimió como mula cargada. Así estuvimos mucho tiempo, pasando de sus huevos a la verga y viceversa, hasta que me dice en voz baja: "A ver cabrón, encuérate tú también... hay que hacer la cosa pareja". Me daba miedo desnudarme ahí, donde podrían sorprendernos, pero obedecí y quedé igual que él: el pantalón hasta las botas, la camisa abierta y el corazón queriéndoseme salir del pecho. Y de pronto los planes cambiaron un poco, ...
    ... porque sin decir nada, se tiró al suelo para hincarse, me atrapó por la cadera y me jaló hacia su boca abierta. Por un momento vino a mi mente la imagen de los becerros abriendo el hocico para atrapar la teta de vaca y así lo hizo con mi verga.¡¡¡ Otra vez de regreso al mundo de éxtasis!!! Impulsivamente atrapé su cabeza con ambas manos para descubrir que sus orejas también estaban muy calientes. Pronto empezó a jalarme al mismo tiempo que movía su cabeza hacia adelante y hacia atrás. ¿El tío se había olvidado del beso? Luego hizo algo nuevo para mí: empezó a lamer mi panza hasta llegar a mis tetillas y las empezó a succionar, pero no soporté la sensación, demasiado intensa, así que lo empujé para que dejara de hacerlo. Y pregunta: "¿Qué?... ah sí, su beso, a ver, siéntese en esas pacas para que le quede a la altura del hocico y no batalle mucho mijo". Caminé como pude con las piernas atrapadas por el pantalón y me senté. Él ya estaba instalado moviendo su verga en bamboleo, avanzó en pequeños pasos, atrapó mi cabeza con una mano y dice: "A ver cabrón... abra la buchaca". Apoyé mis manos en sus mulsos velludos y abrí.No había condición física que permitiera que aquello pudiera entrar completo en mi boca, y mucho menos en la forma brusca que él lo quiso hacer. Me retiré, volteé hacia arriba para verlo y le dije que mejor me dejara que yo lo hiciera. "¡Órale pues mijo!... aquí al cliente lo que pida" y apoyó las manos en la cadera con su sonrisa cínica. La atrapé con la mano, le di ...
«12...456...»