Moni, poco a poco a punta de verga me volví puta 1 - Relatos Eróticos

Moni, poco a poco a punta de verga me volví puta 1

Les voy a contar como de ser el jefe en una obra me volví en la putita sumisa de un albañil, que hasta la fecha me hace como quiere y me encanta.No voy a empezar mi historia diciendo que siempre he tenido cuerpo femenino, cabello largo y facciones delicadas. Tengo 29 años, soy ing. civil y hasta hace unos meses tenía sobrepeso, mi rostro es bastante masculino, mido 1.72 soy moreno claro y cabello lacio negro, calzo del #8 MX por lo que me es difícil encontrar zapatos para mi otro yo. Quiero contarles un poco de como fue mi vida y de las muchas aventuras que pasé y que me llevaron a convertirme en la perra de Manuel(así llamaré a mi albañil favorito en este relato.), su putita Moni. Es un relato largo, pero bien vale la pena leerlo.Durante mi vida estudiantil de los 15 a los 24 siempre estuve en equipos deportivos o actividades físicas, era muy bueno corriendo y siendo defensa en futbol. Por lo que desde entonces tengo piernas y nalgas prominentes, también a los 18 empecé en el gimnasio para tener espalda y brazos marcados, hasta los 26 no me faltaron nunca mujeres interesadas en mí, no era un galán pero sí llamaba su atención, de hehco tuve varias novias estables durante este tiempo.Lo que sí les puedo contar es que descubrí mi pasión por la ropa femenina desde que tenía 12 años, vivía solo con mi madre y cuando estaba solo siempre me gustó husmear en las habitaciones de la casa por si mi madre escondía regalos de cumepleaños, navidad, etc...En una de esas ocasiones me ...

... encontré en el fondo de su cajón de ropa interior una tanga, nunca hubiera imaginado aquello, pero al tomarla me estremecí de curiosidad, sabía que faltaban alrededor de 3 horas para que mi mamá regresara a casa, entonces el ocio entró en acción, me desnudé y me la puse, tuve una erección y me encantó como me sentía, de ahí en adelante fue mi pasatiempo favorito cada vez que estaba solo. Alrededor de los 14 me empecé a masturbar vistiendo lencería y por aquellos días mi pie era del número 5 por lo que también usaba los zapatos de mi madre. Siempre me preocupó el que se diera cuenta de que movía su ropa por lo que tenía cuidado de dejar todo en la misma posición que lo había encontrado, por eso busqué alternativas para empezar mi propia colección. En la casa de atrás que compartía barda con mi casa vivía una señora divorciada, con dos hijas, una mayor que yo y otra menor, la señora era alta y de buena figura para su edad, las hijas eran delgadas y altas también, por lo que se convirtieron en mis proveedoras de lencería.Una vez al mes, cuando yo no tenía clases por que en el colegio que iba daban un día libre, pero mi vecina y sus hijas sí iban al trabajo y a clases, brincaba la barda y le robaba una dos prendas a cada quien, entre shorts, blusitas, faldas, tangas, medias y boxers pude hacer realidad mis fantasías, tenía mi pequeño baul de ropa en la azotea donde solo yo subía porque a mi mamá le daba miedo.Como podrán imaginar, vestirme y masturbarme dejó de ser suficiente, quería ...