Cristina (5) - Relatos Eróticos

Cristina (5)

... guarra!

-¿No vienes?

-A mí, tú, no me ganas en nada. Me voy a cambiar y nos vamos.

-Ahora lo que quieren es conocerte. La fiesta es a la noche.

-Pues ve y diles que los conoceré a la noche, y no te enrolles mucho que tenemos un asunto pendiente.

A Mariola le sonó el móvil. Miró y vio que la llamaba su madre.

-¿Sí?

Cuando terminó de hablar con su madre, le dijo a Cristina:

-Malas noticias. Tengo que llevar a mi abuela al médico. Tiene revisión.

-¿A qué hora me vienes a buscar esta noche?

-A las once, si te dejan pasar la noche fuera,

-Me dejarán. Voy a dormir en tu casa.

-Piensas rápido.

Se dieron un beso. Mariola, se fue y Cristina, desnuda, se metió en el chalé. En el pasillo del piso de arriba se encontró con su madre, que la reprendió.

-¡No te quiero volver a ver desnuda por la casa!

Cristina, la encaró.

-¿Qué pasa? ¿Te pone cachonda verme desnuda, zorra?

-¡¿Esa es la educación que te dieron las monjas?!

Cristina pegó su cuerpo al de su madre y la arrinconó contra la pared. Alejandra estaba temblando.

-Las monjas me enseñaron a comer chochos. ¿Quieres que te coma el tuyo, cerda?

-¿Tanto me odias como para hacerme esto?

-¡Tanto es poco, chupa pollas!

-Yo...

Cristina buscó los labios de su madre. Los encontró. Le quiso meter la lengua en la boca y se encontró con sus dientes.

Cristina estaba en plan macarra.

-¡Te voy a follar quieras o no, perra!

Le metió mano en las tetas, Alejandra quería ...

... separar a su hija de ella pero no la empujaba con la suficiente fuerza. Cristina buscó de nuevo sus labios pero su lengua se volvió a encontrar con los dientes de su madre. Le metió una mano bajo la falda... dentro de las bragas... y se encontró con un chocho empapado de flujo vaginal

-¡Sabia que te estaba gustando, lame culos!

Alejandra abrió la boca para decir algo y Cristina le metió la lengua. Al sentir Alejandra en su lengua el roce de la lengua fresquita de su hija, le rodeó el cuello con sus brazos y la besó con pasión. Cristina metió dos dedos dentro de la vagina de su madre, a la que se le escapó un gemido. Luego, mientras le follaba el chocho con los dedos, Alejandra, le dijo:

-Esto no está bien, hija.

-¡Calla, puta! Joooder me está gustando tanto estar contigo que acabaré por perdonarte lo que me hiciste.

-Déjalo ya.

-¿Dejarlo?

Cristina le cogió una mano a su madre y la llevó a su sexo. Alejandra, al sentir como mojaba su mano, aquel chochito inundado de flujo, sintió un escalofrío.

-Estoy demasiado caliente, No puedo dejarlo. Chúpame las tetas.

-Sería... Bueno, pero sólo un poquito.

Alejandra le mamó las tetas a su hija con una dulzura como nunca antes se las habían mamado... y después le comió el chochito, de pie, con un cariño como nunca se la habían comido.

Cristina, ya no estaba enfadada con su madre, y a punto de correrse, le dijo:

-¿Hacemos un 69 y nos corremos juntas?

-¿En tu cama o en la mía?

-¿En la tuya?

Se sentaron ...