1. LAS MINIFALDAS DE MAMA 2


    Fecha: 31/12/2019, Categorías: Incesto Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    En el relato de hace unos meses les comente sobre la obsesión de Carlos un compañero de estudio, por visitar con frecuencia mi casa con la exclusiva misión de observar a mi mama, atraído por sus pequeñas minifaldas, logro acercarse a ella trayéndole pequeños detalles haciendo que ella por su parte le tomara mucho aprecio, tanto que a veces ella me preguntaba cuando vendría, cuando pasaban días sin visitarnos. También les conté como él logro ofreciéndole sus servicios de masajista para quitarle un dolor en la espalda, llegar a cogérsela en nuestra propia casa, claro con mi participación pues cree la oportunidad sin que ellos se enteraran y de cómo me escondí ese día para ver las escenas más excitantes que jamás imaginé, y por ultimo lo acontecido después de una fiesta familiar donde bebimos mama y yo más de la cuenta y al regresar a casa terminamos cogiendo. Después de esa vez ella ya no volvió a preguntar por Carlos y cada vez que las copas nos acompañaron al regresar a casa cogimos como locos, al punto que ella prácticamente deseaba que lo hiciéramos varias veces en la semana, pero la novedad inicial fue pasando y una vez que me negué, en la siguiente oportunidad que yo la busque ella se hizo la difícil. Pero yo estaba muy deseoso de manera que cuando ella se acostó boca abajo yo me subí sobre la espalda de ella y le acomode mi verga en medio de sus nalgas y empecé a acariciar su cuerpo hasta donde me era posible y a darle besos en el cuello y las orejas, lugar donde yo ...
    ... sabía le producía excitación, pero definitivamente ella estaba haciéndose la difícil. Pero como había leído alguna vez que los hombres nos excitamos con la vista y las mujeres con el oído, comencé a hablarle llamándola por su nombre diciendo: Oye Claudia porque estas tan difícil… Es que ya no te atraigo? O es que mi verga ya no te hace vibrar como lo hacía en meses atrás? Ella nada respondía. Entonces comencé a decirle… Imagina que yo no soy tu hijo Rafael, sino que es un amigo de tu hijo que se llama Manuel, el es bien parecido, de ojos verdes, es moreno y como buen representante de su raza negra tiene una verga enorme, larga, larga y gruesa, gruesa como posiblemente te gustaría tener dentro de tu vagina. Imagínalo subido sobre ti después de separarte las piernas, haberte dado sexo oral con sus poderosos labios y lengua tratando de penetrarte y estas con tu sexo encharcado de tus flujos y bajas la mano hasta el miembro de Manuel dándote cuenta que tienes a centímetros un miembro que jamás habías imaginado y que te va a penetrar. Después de lubricarlo con tus flujos, le das el permiso colocándolo en medio de tus labios vaginales y el, con muy poca fuerza, lo va deslizando dentro de ti y comienzas a sentir como esa enorme verga va separando las paredes de tu vagina y al darse paso en tu sexo tú sientes un colosal calor interno que ira ayudando en tu camino al orgasmo. Con cada milímetro que penetra tu vagina te das cuenta que se va dilatando para recibir tan monumental visitante, ...
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