PLACER EN EL PUERTO DE COLONIA.
Fecha: 05/01/2020,
Categorías:
Dominación / BDSM
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Autor: Livido, Fuente: xHamster
... tremendamente soez y enardecedor. A un pedido propio de una prostituta desquiciada que efectuaba, era respondida por los machos con las peores palabrotas de los hombres sobre su naturaleza sexual.El más viejo un marinero barbado la pidió para él solo, - la yegua – quiero la gozadora dijo - no había participado en la cogida porque se ve que ya no lograba tener una erección, solo se la había hecho chupar dos o veces.MM Dios, Trajo un tarro con una melaza o manteca derretida y me embadurno la concha mientras los gauchos me sujetaban por los brasos y las tetas.MM. Silvina y Billy se tiraron a mi lado y me miraban fijamente mientras me arrullaban – tranquila mamita. Tranquila - me decía ella y el lamia mis mejillas llorosas y sudadas.MM. Mi vagina, anchada y colorada de tanta fricción en sus mucosas, fue derritiendo la manteca casi gelatinosa.Entonces apareció el viejo con una berenjena.MM. Dios el viejo tenía tremenda berenjena en su mano, la que fue apoyando mientras abría mis labios con la otra mano, Silvina lo asistía masajeando mi pelvis y jugando en el clítoris.MM. La berenjena, enorme y gruesa empezó a entrar desgargante en mi vagina. MMM que locura, delirio, tortura, placer… Quería que parara, pero necesitaba que la enterrara en mi cuerpo. Grite y llore, los machos miraban azorados con una sonrisa incrédula que la rubiecita burguesa pudiera aguatar esa estaca en su cuerpo.MM. Parecía que me rajaba en dos, la sentía toda en las paredes de mi vagina, empezó a moverla ...
... suavemente yo deliraba. En unos minutos eternos fue aumentado el ritmo poco a poco entonces, retorciéndome como un gusano en alcohol, sentí que me acababa y un líquido mescla de pis y secreciones salió de mi cuerpo y le orine toda la mano, con un chorro dorado un quejido provocado por una contracción de todos mis muslos del estómago y quede sumida en temblores espasmódicos e incontrolables, creo que me desvanecí.Maríamarta, nunca satisfecha los incentivaba y los despreciaba para que ellos no decayeran en acabadas y nuevas penetraciones, pero había quedado como tocada en su centro nervioso, temblaba y lloriqueaba y decía cosas incoherentes entre temblores y alaridos.MM. Entre en un sopor, solo obedecía sus órdenes y deseos, se entretenían metiéndome la mano por el agujero rosado de mi culo, el esfínter dilatado como una flor en un gemido permanente y callado.La noche se prolongó hasta la salida del sol, el placer se mantuvo mientras las fuerzas de los participantes se lo permitían.Silvina. Pregunte quien me acaba en las tetas, mientras la leche de mi marido corría por mi cara. Los hombres muertos de tanto cogerla a Martita estaban desparramados por el suelo, solo los dos jóvenes, después de cuatro o cinco acabadas tenían fuerzas para descargarse en mis pechos.MM Silvina que había dirigido todo se había tomado la leche de su marido y ordenaba a los hombres que acabaran sobre sus tetas. – Quiero leche en mis tetas – les dijo imperativamente con una sonrisa maliciosa.MM. Vi como los ...