Miriam aparece otra vez
Fecha: 11/01/2020,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Lesbianas
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
Miriam aparece otra vezMi fiel esposa me llamó ese mediodía a mi oficina. Yo le había dicho que seguramente regresaría temprano a casa y entonces me pidió si podía pasar a buscarla a la salida de su clase de gimnasia.Cada vez que aparecía por ese gimnasio quedaba loco; la mayoría de las asistentes eran pendejas calentonas que se metían las calzas entre los cachetes de sus firmes traseros y eso me provocaba unas tremendas erecciones.Justo entré al salón cuando terminaba la clase: el olor a hembra salvaje me embriagó, mientras buscaba a Anita entre todas esas perritas más jóvenes.Pero mi esposa no estaba a la vista. De repente vi una cara conocida: era Miriam, la morocha infernal que ya me había cogido un par de veces y hacía rato no veía.Esta hembra increíble me sonrió de lejos y caminó hacia mí. Antes de que llegara a mi lado, apareció por detrás mi dulce Ana, muy feliz de verme.Miriam dejó de sonreír, pero siguió avanzando y tocó el hombro de Ana:“Pero nena, nunca dijiste que tenías escondido un marido tan guapo!”.Mi dulce esposa sonrió y nos presentó formalmente. Miriam se acercó para besarme y por suerte su larga cabellera enrulada ocultó el lengüetazo que me dio en mis labios…Su olor a hembra transpirada me envolvió y sentí que mi verga saltaba dentro de mis pantalones. La miré con cierta sorpresa: no podía creer que esa mujer casualmente concurriera al mismo gimnasio que Ana y que, además, fueran tan amigas y confidentes…Por un instante pensé que tal vez Ana ya sabría ...
... de mis dos polvos con su amiga; pero finalmente me relajé, cuando ella me dijo que iríamos los tres a casa a tomar unos mates.Al llegar a casa ellas bajaron del auto y Ana se volvió para pedirme que fuera a comprar yerba y azúcar, porque no quedaba nada más. Mientras, ellas dos se darían una ducha refrescante para sacarse el sudor…Cuando regresé con el encargo, escuché el sonido del agua correr en la ducha y algunos otros sonidos que no pude identificar. Al acercarme al baño, los sonidos se convirtieron en gemidos y jadeos.Entré muy despacio, tratando de no hacer ruido y me encontré con un espectáculo que jamás habría imaginado...Bajo el agua de la ducha estaban Anita y Miriam, entrelazadas en un beso de lengua interminable, mientras los dedos de cada una se perdían entre los labios vaginales de la otra…Yo sabía que Ana tenía amantes de toda clase, incluyendo otras mujeres; pero nunca me imaginé que a esa morocha caliente y sensual le gustaran las mujeres…Me retiré sin hacer ruido; ya había visto lo suficiente.Puse a calentar agua para los mates y me quedé sentado en el comedor, esperando que las chicas terminaran lo suyo.Un rato después aparecieron las dos, vestidas y maquilladas como dos verdaderas perras: minifaldas ajustadas, camisetas de algodón muy traslúcidas y zapatos de taco alto. Les pregunté si pensaban salir, pero Ana respondió que no…No podía quitarle la vista de encima a las piernas y las tetas de Miriam. Ella me miraba con disimulo y me lanzaba besos al aire, ...