1. De cancaneo (cruising) en la ciudad


    Fecha: 14/01/2020, Categorías: Intercambios Autor: danisampedro91, Fuente: CuentoRelatos

    Hoy se llama cancaneo, o cruising, a la práctica homosexual, que se hace en lugares públicos, y puede haber mirones, (voyeristas, o no.
    
    En mis comienzos de practicar esta manera de relación homosexual, en la ciudad en la que vivo, no tenía idea de dicho nombre a esta práctica sexual. Lo que sí sabía es que era excitante, arriesgada, y que podías ser visto o encontrado realizando el sexo, en cualquier momento.
    
    Yo lo he hecho en los lugares menos esperados, y la mayoría de las veces en el centro de la ciudad en que vivo.
    
    Unas veces era en el vestíbulo de un comercio, mirando el escaparate, o en la entrada de algún banco, el cual tenía una entrada amplia, otras veces en entradas a algún portal, o garaje, etc.
    
    Con la persona que solía tener dichos encuentros sexuales, era mayor que yo, rondaría los 60 años, y siempre le gustaba darme por el culo, en lugares insospechados.
    
    Yo la verdad, era que al principio me ponía muy nervioso, y prefería hacerlo en cualquier otro lugar.
    
    Pero poco a poco, la excitación que sentía al ser follado en tales circunstancias, me hizo seguir y dejarme ser enculado en estos lugares.
    
    La primera vez que conocí a mi maduro enculador, fue una noche de un día de primavera. Estaba saliendo de los jardines del centro de mi ciudad (jardines de Méndez Núñez), en los que había ido para ser follado, o lo que surgiera.
    
    Salía en dirección a la dársena, iba sin prisas ya que aún era algo temprano, sería alrededor de las 11 de la noche. Cuando ...
    ... me dí cuenta que estaba siendo seguido por una persona.
    
    Al llegar a la dársena, seguí en dirección al hotel Finisterre, pero pegado a la dársena, ya que dicho camino, llegaba hasta la pared de la Solana; complejo deportivo y recreativo; y ahí lo que había eran unos astilleros de los barcos de bajura, o del día; hoy es esa parte el paseo marítimo.
    
    De vez en cuando miraba hacia atrás, y veía que él
    
    Venía siguiéndome. Cuando llegué al final, había que dar vuelta y volver por donde había venido.
    
    Cuando llegué a la altura de él, mi fijé y comprobé que era una persona madura, que estaría rondando los 60 años.
    
    Se me acercó, no recuerdo de que me habló, pero al rato de estar hablando, ya me estaba echando mano a mi paquete, y acariciando el culo.
    
    Me fue llevando por la mano, hasta donde había un barco pequeño, que estaba en reparación, allí me agarró el cinturón, y fue desabrochando hasta que consiguió desabrocharlo todo, para empezar a desabotonarme el pantalón, e irlo bajándolo junto al slip.
    
    Yo estaba nerviosísimo, ya que allí, cualquiera que pasase por la parte de arriba de la calle; era el paseo del parrote, o avenida de la dársena; nos vería sin ninguna dificultad, ya que no había nada delante, que nos pudiera servir de refugio de las miradas. Incluso no sabía si había vigilantes en el barco, o en aquellos astilleros artesanales.
    
    Parecía un lobo con su presa tierna y jovencita, al que no daba tregua.
    
    Ya me tenía los pantalones y slip por los tobillos, ...
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