Pequeña Princesa - Relatos Eróticos

Pequeña Princesa

Todo esto paso cuando tenia 15 años y tenia algun tiempo masturandome con fotos de niñas y bebes de catalogos de ropa y juguetes. Me moria por poner mis manos en alguna pequeña para divertirme con ella. Fantaseaba y fantaseaba con formas de conseguir una niña pero nunca me atrevi a actuar, era un crio y no tenia forma de acceder a ninguna. Todo cambio cuando fui con mi familia a una fiesta infantil de un primo al cual nunca habia visto, viajamos por horas hasta llegar al lugar donde seria la fiesta: un gran jardin con una carpa cerrada con mesa y pista de baile para los adultos y un castillo inflable para los pequeños. La mayoria de los padres estaban encantados con la idea de dejar a sus hijos en el castillo inflable y olvidarse de ellos mientras comian y bailaban. No podria haber pedido una mejor oportunidad. Llegamos un poco tarde y ya todos estaban comiendo en sus mesas. Lo primero que llamo mi atención fue una pequeña de alrededor de 4 años que estaba gritandole a su padre, quien trataba de terminar su sopa. -¡Pero quiero ir AHORA! -estaba gritando la pequeña niña rubia -Cuando terminemos de comer te llevo al inflable, ahora dejame comer -se notaba que estaba perdiendo la paciencia. Llegamos a sentarnos en la mesa en la que se estaba desarrollando esta escena, mis padres me presentaron a la pareja como mi tio David y su hija, mi prima, Sofia. Poniendo mi mejor cara de superheroe al rescate ofreci: -Yo puedo llevarla al castillo inflable, no tengo hambre -mis padre ...

... miraron interrogantes al tio David y el me ofrecio una sonrisa que decia "Gracias" -Eso seria genial, gracias. ¿Quieres ir con tu primo al brincolin, princesa? -creo que la niña ni me miro medio segundo antes de tomar mi mano y llevarme fuera de la carpa. La mayoria de los niños estaban comiendo en la carpa así que teniamos el castillo para nosotros solos. Lo primero que hice cuando llegamos a la entrada fue tomar en brazos a la pequeña de tres años y lanzarla hacia adentro para que rebotara contra las paredes. Esto desato que se riera tanto que me dolieron los odios, rapidamente gateo a mis brazos gritando: "Otra vez, otra vez". Jugamos ese y otros juegos inocentes en los que yo no perdia oportunidad en acariciarle la entrepierna cada vez que podia, ella solo reia y seguia con el juego. Hasta que me dijo las palabras mas dulces que podian haber salido de su boca: "Tengo que ir al baño" Cuando llegamos al baño le baje los pantalones y las braguitas y admire como bajaba el chorro de orina por el retrete. Cuando hubo terminado le hable con voz queda: -¿Te gustan las historias de princesas? -¡Sí, la sirenita es mi favorita! -me dijo con emoción, sus ojos brillaban. -¿Quieres jugar a la sirentita? -¡Sí! -Bueno, yo sere el principe y vamos a jugar a que vamos a casarnos así que te tengo que dar un beso -ella sonrio y cerro los ojos. Con sus bragas aun en sus tobillos tenia una vista perfecta de su vagina. Me acerque y mientras tocaba su vagina con mi dedo indice introduje mi lengua en ...