1. Infidelidad en su boda


    Fecha: 17/09/2017, Categorías: Gays Autor: MARIANO, Fuente: CuentoRelatos

    ... puramente sexual, incluso la más liviana, alimentaban la existencia de un total desconocimiento mutuo de la actitud de cada uno de ellos en esa parcela.
    
    Pedro ponía todo su afán en mantener viva la relación a través de todo tipo de detalles y manifestaciones de tierno cariño hacia ella, considerando que incluso su “castidad” contribuía a enriquecerla.
    
    Su buen hacer pudo estropearlo aquel día en el que al salir de la fiesta de cumpleaños de su compañero Ángel se sentía extrañamente desinhibido, posiblemente por llevar unas copillas de más. Mientras la acariciaba y besaba tiernamente en la boca, algo en su interior le animó a romper los límites y se atrevió a meter una de sus manos por el escote del jersey de pico que Lucía vestía. La sensación que le produjo sentir la suave piel desnuda de ella no hizo sino acrecentar sus reprimidos deseos y dejándose llevar le acarició los pechos primero por encima del sujetador y luego directamente sobre ellos constatando como los puntiagudos pezones se erizaban al contacto de sus dedos.
    
    Embriagado por la excitación, casi ni se había percatado de que se besaba con su novia con una pasión hasta entonces desconocida y de que una de sus manos se había adentrado bajo las ropas en lo más recóndito del cuerpo de ella, cuando notó como Lucía también iniciaba su propia exploración en el torso de él, bajo la camisa, para luego apoyar una de sus manos sobre su entrepierna recorriendo con sus dedos toda la longitud alcanzada por su crecido ...
    ... miembro. La intensidad de su placer alcanzó el punto más álgido cuando ella, sorprendentemente, se las ingenió para atravesar las barreras de sus pantalones y slip y, apoderándose de su pene, le acarició con dos de sus dedos el babeante glande.
    
    Lleno de confusión y contemporánea excitación, Pedro se dio cuenta de que con poco que ella siguiera maniobrando iba a mancharla y ante esa cruel posibilidad abandonó sus propias caricias en el sexo de ella, le sacó la atrevida mano de su pene a punto de explotar, entrecruzándole los dedos como cuando caminaban en el parque. Tras darle un dulce beso en los labios arrancó el coche deseando estar solo cuanto antes para poner en orden sus pensamientos.
    
    Desde ese día su absurdo miedo a un posible rechazo de ella se convirtió en un temor, no sabía si igual de absurdo, a no estar a la altura esperada el día en que inevitablemente tuvieran que adentrarse en los misterios del sexo.
    
    Y ese día acababa de llegar, le anunció el despertador sacándole de sus últimas y más preocupantes reflexiones.
    
    * * * * *
    
    Pedro, molesto con sus compañeros de trabajo, les había abroncado delante de todos los invitados. Aunque sabía que era un gesto tradicional no le había gustado la permanente insistencia de aquellos en quitarle la corbata para cortarla en trocitos y subastarla entre los invitados. Finalmente lo habían conseguido, pero, a su entender, demasiado pronto, aún faltaban las fotos del baile y él no podía aparecer en ellas con chaqueta y la ...
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