-
Las etapas de Andrea 3. (El reencuentro)
Fecha: 27/01/2020, Categorías: Gays Autor: Angel o diablo, Fuente: CuentoRelatos
... aeropuerto, pero no se animó a cogerme la polla. Creo que de hacerlo no se hubiera desilusionado, porque ya estaba lista. Fuimos a buscar el taxi de Víctor. Mientras andábamos por el parking no desaproveché la oportunidad de besarla nuevamente y de acariciarle el culo, redondo y duro, probablemente uno de los culos más bonitos de la ciudad. Llegamos al taxi y subimos detrás. Víctor me preguntó por el viaje a lo que respondí con un “todo bien” de cortesía y me centré en lo que verdaderamente me importaba, en besar a Andrea. Creo que el taxista lo entendió y con muy buen criterio puso música salsa. Las palabras escritas sobrevolaban el ambiente. Miré a Andrea y por su cara de deseo pensé que había bastantes posibilidades de que cumpliera con su palabra, así que en el siguiente beso deslicé mi mano por debajo de su falda, aparté su tanguita y metí mis dedos en su sexo. Ella cerró los ojos e intentó controlar el volumen de sus palabras, que yo podía oír muy cerca de mi oreja. Andrea-¡Me tienes loca mi amor! La tenía arrinconada, con las piernas abiertas, contra la puerta de atrás del conductor, así podía masturbarla, besarla y lamerle las tetas, que ya me había ofrecido al sacárselas del sujetador. Mi lengua alternaba sus pezones y su boca, lo que permanecía inalterable era mi mano jugueteando en su coño, que no dejaba de echar jugos. Intentábamos no hacer ruido. Simulábamos estar simplemente abrazados y así el taxista, a pesar de tener un retrovisor panorámico, no ...
... podía ver como frotaba el clítoris de Andrea con mis dedos, porque quedábamos justo detrás de él. En ese momento pensé en utilizar el tubo de caramelos que había comprado en el aeropuerto y darle un nuevo uso. Pero Andrea me arrebató ese pensamiento con unas palabras mágicas. Andrea- ¡Para, quiero chuparte la polla! Me bajó la cremallera, liberó mi polla de unas tensiones que empezaban a ser una verdadera tortura y me pajeó durante unos minutos. Yo ocupaba el puesto central, pero ligeramente ubicado hacía el lado del conductor, por lo que creo que no podía ver cómo me masturbaba. Al menos fue así hasta que Andrea acercó sus labios carnosos a mi pene y empezó a subir y a bajar su cabecita con ganas. Calculé que Víctor si podía ver parte de una cabeza moviéndose justo frente a mi sexo. Miré el retrovisor y vi como reacomodaba su mirada al frente. Sin duda nos había visto, pero no me importaba. Él se moría por las carnes de Andrea, así que tendría la oportunidad de oírla jadear…mientras conducía. Ella me seguía follando con la boca e intercalaba sabias sacudidas con la mano de vez en cuando. Afortunadamente la música seguía sonando porque habría sido demasiado evidente el sonido de su mamada. Hasta ahí el taxista podía fingir no haber visto o escuchado nada. Aparté a Andrea de mi polla porque parecía no querer dejarla. (Entre susurros y jadeos) Andrea- Quiero que te corras en mi cara de puta. Yo- ¡No! ¡Quiero follarte! Andrea- Me da pena por Víctor, vive a ...