Después del concierto
Fecha: 02/02/2020,
Categorías:
Anal
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: Anitaslut44, Fuente: xHamster
... el concierto. Se lo mostré a Javier y él me sugirió que le dijera que estábamos los dos tomando una copa.Al rato, mi esposo respondió deseándome que lo pasara bien…Le dije a Javier que necesitaba ir al baño. Al salir encontré a Javier usando un urinario en la pared del baño de hombres. La puerta había quedado abierta de par en par.Nuestras miradas se cruzaron y ambos reímos. Dijo que no mirara. No había nadie más en ese lugar así que no le hice caso. Javier me retó, diciendo que a él no le iba a dar vergüenza que yo le viera el pito. Le respondí que a mí tampoco me daría vergüenza vérselo.Al acabar se separó del urinario y, con toda la calma del mundo, se dio vuelta antes de guardarla dentro de sus pantalones. Estaba circuncidado y me dio la impresión que estaba algo más grande que en su estado normal de reposo.Me preguntó si estaba contenta de verla. Entonces le retruqué preguntando si él estaba contento porque yo se la había visto. Se rio a carcajadas, se lavó las manos y se me acercó.Me dijo que yo era muy, pero muy traviesa y estaba empezando a jugar con fuego. Me advirtió que iba a terminar quemándome…Yo le guiñé un ojo y me di la vuelta para regresar pero él me agarró por la cintura. Me dijo que ya conocía al tacto muy bien mi jersey, pero le faltaba el tacto de mis calzas…No pude evitar la risa y enseguida sentí sus manos en mis piernas por la parte de atrás, que iban subiendo. Al acercarse a mi culo comentó que le gustaría sentir el tacto de las calzas y del jersey ...
... a la vez.Sin esperar mi respuesta, sus inquietas manos se colaron por debajo del jersey, una en cada nalga, separándolas descaradamente.Mi respiración se aceleró por lo excitante y morbosa que me estaba pareciendo la situación. Fueron unos segundos y Javier enseguida retiró sus manos. Pero se pegó a mí y me susurró al oído que había descubierto que yo no llevaba ropa interior. Riéndome le dije que se equivocaba y me aparté de su verga dura.Caminé hacia afuera y él me siguió. Un hormigueo me recorría el cuerpo. Mientras seguía dándome charla, Javier tomó mi mano, preguntándome si yo no tenía ninguna curiosidad táctil.No pude evitar reírme, mientras mi mano era guiada por la suya hacia su endurecido paquete. Le advertí que conocía el tacto de los vaqueros. Pero él me retrucó diciendo que esa tela era distinta.Y tenía razón. La tela era muy fina y entonces pude notar la dureza de su gruesa verga… Ya la había visto y sabía que era grande…La agarré con mi mano y la masajeé un poco, arrancándole a Javier un suave suspiro. Retiré mi mano, preguntándole cómo seguía la cosa. Sonrió, respondiendo que su piso quedaba más cerca…Al llegar me sirvió un trago y bebimos mientras seguía escuchándolo hablar sin parar. Nunca supe lo que sucedió después; porque me desperté en plena noche sola en una habitación desconocida, vestida solamente con mi tanga de hilo.Me toqué la concha, verificando que no estaba dilatada ni tenía restos de alguna sustancia extraña. Javier se había comportado como un ...