Experiencia familiar
Fecha: 04/02/2020,
Categorías:
Intercambios
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Esta historia que os voy a contar es real; sucedió en una Semana Santa y sigo excitándome muchísimo cada vez que la recuerdo. Veréis; me llamo María, tengo 41 años y estoy casada desde hace veinte. Tengo una muy buena comunicación en mi pareja, queremos introducir en nuestra relación esos acicates que la hacen siempre distinta y sorprendente, y por ello siempre fantaseamos con la posibilidad de poder incorporar a otra persona en la relación, pero ni pasábamos de ahí, ni hubiéramos sabido cómo ponernos en contacto con quien estuviera en la misma onda; quizás nos diese corte, o no sé muy bien porqué, pero lo cierto es que no habíamos llegado a traspasar el umbral de la pura fantasía, eso sí echando unos polvos impresionantes "actuando" nuestras fantasías.
Esa Semana Santa nos fuimos con mi cuñado y su mujer a un lindo pueblo de Portugal. La playa era espléndida y estaba casi vacía; tanto, que aquella mañana le propuse a la mujer de mi cuñado que hiciésemos topless. Charlábamos tranquilamente tomando el sol cuando llegaron su marido y el mío. Ni nos inmutamos, aunque sí creo que ellos se quedaron bastante sorprendidos. Como quien no quiere la cosa y dando la impresión de la más absoluta normalidad, nos fuimos a dar un paseo por la orilla del mar. Mi marido y su hermano llevaban gafas de sol, pero estaba segura de que mi cuñado no dejaba de recorrer mi pecho con la vista. Nos metimos en el agua, pero como la encontré muy fría salí y me tumbé boca abajo en la toalla a tomar el ...
... sol. Mi cuñado no descuidó la oportunidad y amparándose también -creo yo- en que el agua estaba fría, salió enseguida y se sentó a mi lado. Algo me había picado en la espalda y como no dejaba de rascarme, mi cuñado se aproximó solícito para ver qué tenía ... Yo seguí en la misma posición, boca abajo y con los brazos debajo de la cabeza. "Te ha picado algo y tienes una buena roncha. Espera que te pongo un poco de crema", dijo. Se llenó las manos de crema y se dedicó con esmero a extenderla por mi espalda, rozándome levemente el pecho cuando la extendía por los lados. Me dio un gusto enorme. Después se lo comenté a mi marido porque, la verdad es que a me había excitado mucho que otro hombre hubiese estado cerca de mi pecho. "¿Qué te parecería mi hermano en caso de que llevásemos a cabo alguna fantasía?", preguntó mi marido. Habíamos jugado tantas veces a que mi marido era él, que me pareció lo más natural decirle que me parecería muy bien.
Al día siguiente volvimos a la playa. Mi cuñado buscó el momento y me dijo, "¿te pongo crema?". Creo que lo estaba deseando y le dije inmediatamente que sí. La cosa fue "más completa", porque sus dedos ya buscaban mis pezones descaradamente; aunque me dejaba hacer, o quizás por ello, notaba que me estaba poniendo colorada y como me estaba "mojando" y es que, sin duda alguna, me estaba gustando. Nuestras respectivas parejas estaban dando un paseo por la playa y aprovechando la coyuntura de que estábamos solos, mi cuñado me dijo, "¿te pongo ...