1. Cornudo desde una jaula


    Fecha: 05/02/2020, Categorías: Fantasías Eróticas Autor: Moncho37, Fuente: CuentoRelatos

    ... continuación.
    
    —¿Cómo lo llevas, cornudo cabrón? —Me preguntó mirándome con cara de enfado desde detrás de sus oscuras gafas— Ahora voy a jugar un ratito con esa puta como a mí me gusta, no pierdas detalle, verás cómo disfruta.
    
    Con la misma actitud arisca con la que se me había acercado, volvió a donde se encontraba Laura y colocándose un poco a su derecha para que yo pudiera ver lo que le hacía, con total descaro plantó sus enormes manos sobre sus posaderas y se las separó hacia fuera para que su coño quedara lo más expuesto posible. Tras sobarle las nalgas durante unos segundos y dirigirme una rápida mirada para comprobar que no perdía detalle de lo que le hacía a mi esposa, puso dos de sus dedos sobre los labios vaginales de Laura y también se los separó, quedando por unos momentos observando la parte interior de estos mientras ella permanecía completamente inmóvil en espera de la actuación del negro. Pero rápidamente se cansó de mirar las intimidades de mi esposa y quiso pasar directamente a la acción. Sin un ápice de sensibilidad ni cuidado, puso tiesos los dedos índice y corazón de su mano izquierda y sin pensárselo dos veces se los metió a Laura en el coño hasta los nudillos. Esto hizo que ella soltara otro elocuente gemido y que hundiera su cabeza en la parte delantera del potro, al tiempo que en un movimiento reflejo se llevaba su mano izquierda a lo alto de su culo y la derecha se aferraba con fuerza al lustroso cuero. Sin prestar la menor atención a sus ...
    ... gemidos, el negro comenzó a follarle el coño con los dos dedos a una velocidad de vértigo, donde todo su brazo se sacudía con violencia hasta que casi su puño llegaba a hundirse en los dilatados labios exteriores de la entrepierna de mi mujer.
    
    Así se mantuvo durante unos minutos en los que Laura volvía a gritar y gemir de forma que parecía que estuviese teniendo un orgasmo permanente, y el negro apretaba los dientes y seguía metiéndole con fuerza los dedos de modo que todo el cuerpo de ella se movía ya sobre el potro, aunque ahora se sujetaba fuertemente con las dos manos en la parte delantera del mismo. Pero al parecer, esto no era suficiente para el torturador de mi esposa, aunque yo ya me veía obligado a detener la paja que me hacía en solitario dentro de mi celda a causa de lo cachondo que me había puesto la visión de ver a mi mujer follada de aquel singular modo sobre el curioso potro. Sin detener él mete saca que actuaba con los dos dedos de la mano izquierda en el coño de Laura, colocó la derecha en el medio de sus cachas y con el pulgar de esta empezó a presionar sobre el ano de mi esposa hasta que consiguió empezar a abrirse camino por su interior. En solo unos instantes, Laura ya berreaba de nuevo a causa del placer que le daban los dedos dentro del coño, y el gusto que le debía de producir aquel dedo pulgar que ya se hundía en su culo hasta el nudillo. Yo no podía más, tuve que sujetarme con la mano a uno de los barrotes de la jaula y detener un momento mi ...
«12...111213...»