los olores de la abuela - Relatos Eróticos

los olores de la abuela

... soy. Pero en mi interior me acorde de sus polvos y secretamente me comencé a pajear, el me dice de nuevo abu, y le digo si de nuevo, estas desconocida y me coge, yo lo goce pensando en la pija de su padre. Mi hijo hace años está en Europa, al tiempo de su viudez se junto con una diplomática y se fue con ella, su hijito se crio desde entonces conmigo. Viene a visitarnos muy de tanto en tanto, la ultima vez todavía no me cogía a mi nieto y la cosa no fue complicada, me echo unos polvitos y a los cuatro días regreso con su pareja. Ahora no dijo si venia solo o acompañado, cuanto y donde se quedaba. No me pareció bien indagar, solo cuadraba esperarlo con las ansias de madre, bueno y si se podía también de amante, ya se no está bien que cornee a mi nieto, no lo merece, pero amigas quien no se echo algún polvito con un antiguo amante, solo como recordatorio. Mi hijo es un morocho alto, fornido, bien parecido, en la flor de la edad y dueño de una poronga que muchos envidiarían, además la maneja muy bien es que tuvo una profesora de lujo, yo. Llega y muy contentos lo agasajamos, vino solo, su mujer fue a la cancillería y vendría a la noche, en un aparte me dice mami vine a cogerte así que no sé como haremos pero no me vuelvo sin hacértelo, hijo estás loco tienes aquí a tu hijo y en un rato a tu mujer, no me imagino lo podamos hacer, te gustaría mama, con toda mi alma te espero siempre dentro de mí, bueno comienza a calentarte porque si o si cogeremos. Al anochecer viene su señora y ...

... vamos todos a cenar afuera, ellos a su hotel y mi niñito y yo a la cama a echarnos el polvito diario. Al otro día vienen ambos almorzamos en casa y ella, su mujer dice no podía dejar de probar la comida de Ud. señora, creo que me acompaño solo por eso, que no le gusta tu comida, si pero añora la suya, le digo, estos hijos!!. A las 14 tenía que ir a la cancillería de nuevo y él le dice a su hijo no te gustaría conocer la cancillería así la acompañas, yo tengo que saludar a unos amigos y acompañarme a mi seria aburrido, el pendejo entra con cabeza y todo, que guacho se lo saca de encima, y pienso, me voy preparando para recibir una gran poronga, dichosa de mi. Y así fue, me echo dos polvos de antología, me la metió un rato en el orto, hacia tanto que no recibía a nadie que me dolió bastante, mi concha quedo llena de su leche y pensé luego me debo hacer un buen lavaje a ver si el niñito le siente un sabor distinto. El capto la falta de mis olores y de mi yogurt, así llamaba el a mi flujo, me pregunta y le contesto, si lo reconozco son cosas que se pierden con la edad, y así quedo como cierto. Hacia tanto que no cogíamos, que cada vez me parece mejor. Ocurre que con mi hijo comenzamos, como casi siempre pasa, prohibiéndole masturbarse y cuidando no ande con putas que le pueden acarrear una enfermedad, era la época que el sida en auge y sembraba terror en la población. Su padre hacia dos años nos había dejado y mi concha añoraba sus bellos polvos. Volviendo a lo nuestro, lo retaba ...