1. Una supuesta tarde de cine


    Fecha: 07/02/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Azulerótica, Fuente: CuentoRelatos

    Nos conocimos en el trabajo, al principio me gustó pero no le di importancia, un chico como él tendría a la mujer que quisiera y yo no figuraría para él. Debo decir que soy una chica de 27 años, no soy delgada, pero mis caderas vuelven locos a los hombres, lo sé porque me miran el trasero al pasar, tal vez eso lo hizo fijarse en mí y no le importó saber que soy casada, así que no dudó en invitarme a salir, una tarde que no olvidaré.
    
    Quedamos en ir al cine, estando ahí él me caló, vamos a otro lugar, más privado, compramos un helado y platicamos, yo sabía lo que intentaba, aun así acepté. Los planes cambiaron, una película privada sería mejor, los protagonistas, él y yo...
    
    Al llegar al hotel no perdió tiempo se lanzó sobre mí a besarme y pronto tenía entre sus manos mi senos, los acariciaba por encima de mi blusa y los apretaba de una manera que no pude hacer nada por detenerlo. No lo podía creer, apenas lo conocía y estaba dejando que hiciera conmigo lo que quisiera. De pronto tomó mis nalgas y jugaba con ellas sin dejar de morderme los labios, yo entonces ya estaba mojada por completo y perdí el control de mí, me olvidé de todo, hasta de mi esposo.
    
    Me tiró en la cama y poco a poco empezó a quitarme la ropa, no sin antes preguntar si podía seguir, por supuesto, nada nos detendría. Al quitarme mi tanga miré su cara de satisfacción y comprobé que había sido buena idea depilarme por completo, pues ese geste al morderse su labio inferior me prendió aún más. Empezó a ...
    ... tocar mis labios vaginales y acariciar poco a poco mi clítoris, yo me retorcía de placer y solté un pequeño gemido que lo calentó tanto que comenzó a lamerme el coño, la sensación fue excitante, jamás me lo habían hecho, y él me extasiaba de locura y placer.
    
    Se levantó y se quitó su ropa interior, se acostó sobre mí y comenzó a besarme y a hacer unos movimientos con su cadera y poco a poco fue metiendo su verga en mi coño, que para entonces estaba súper mojado, entraba y salía suavemente que el roce tan delicado me hacía sentir en el cielo, pero de pronto me di cuenta, no tenía condón y le dije que por favor se pusiera uno, él contestó que no traía, pues no planeaba llegar tan lejos, así que nos detuvimos, pero comenzó a besar mis senos y a chuparlos, se los comía de una forma tan rica que no puse resistencia cuando volvió a meter su verga en mi coño. No me soltaría, me haría el amor a como diera lugar, y yo ya estaba completamente excitada que comencé a mover mis caderas a su ritmo.
    
    El movimiento era tan rico que pasó de lo erótico a lo perverso, me tomó del cabello y lamía mi cuello, yo gemía cada vez más fuerte al sentir sus embestidas, cada vez más duro. Me dijo al oído "sabía que eras una putita" y yo me retorcí de placer entre sus brazos. Aquel hombre tenía una espalda enorme a la que me abrazaba y unas piernas gruesas que tenían la fuerza de moverme a su antojo, me encantaba su cuerpo y la manera en la que me cogía.
    
    Después me levantó me puso en cuatro sobre la ...
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