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Cartas a Lucas 1
Fecha: 08/02/2020, Categorías: Gays Autor: juanitocaminador, Fuente: SexoSinTabues
... despertaba todo mi amor filial y me sonreía con una inocencia como para comerlo a besos. Le pasé crema por el pecho donde ya comenzaban a nacerle los primeros vellos, jugué con sus pezoncitos parados y él retrucó timbreando los míos, ring, ring, con sonrisas cómplices. Bajé a su pancita y luego recorrí sus costados. -Date vuelta nene. - Comencé por sus hombros despacito. -Uy!, que lindo!, qué fresquito que se siente!- Faltaba poco, lo puse de costado y fui bajando por su espalda hasta llegar al elástico del short. -Listo Ernes. - No tío, un poquito más abajo que me arde. - Metí mi mano húmeda en crema por debajo de su short y le esparcí crema en el comienzo de las nalgas. Cuando pasé por el inicio de su raya, Ernes me regaló un "mmm". -Qué le pasa a éste?-, pensé -Ahora si?-, no tío más abajo. -Qué?, tomaste sol desnudo?, -si-, -tu vieja te dejó????-, sonrió y no dijo nada. Me contó que había tomado sol en bolas en la terraza de la casa de un amigo. Le hice bajar el short. En lugar de bajárselo directamente se lo quitó, y me di cuenta que en una de sus idas al baño se había sacado el calzoncillito, tal vez le molestaba por el quemado. El culito era precioso, redondito como era el tuyo cuando cogíamos de pendejos, absolutamente bronceado. Uno no es de fierro, pero respiré hondo y comencé a pasarle crema por las nalgas, tratando de evitar la rajita. El muy puto comenzó a gemir de manera apenas perceptible, pero en el silencio de esa hora de la noche, sus gemiditos me ...
... estallaban en la cabeza. No pude evitarlo, mi pija se empezó a parar, mi cabeza a dar vueltas, mis demonios a discutir entre ellos, que si, que no, que no, que no, que no. Casi por descuido le miré la pija, sus 10 cm estaban paradísimos. El demonio del "no" tiró la toalla, bajé con mi dedo encremado a su perineo, donde terminaban sus huevitos y despacito lo fui llevando para atrás hasta llegar al borde de su esfinter. Ernes me regaló su primer "ay". Corrí mi dedo unos milímetros más y la fresca cremita y la tibieza de la yema de mi índice acariciaron su esfínter. Ernestito quebró la cadera, sacando sus nalguitas hacia afuera, casi sin quererlo la punta de mi dedo entró apenas en su esfínter. Me regaló un "ay, tío, que lindo!". Le metí el dedo despacito hasta el fondo. "te gusta Ernes?","sí, tío, me encanta". Es loco lo que te voy a decir, pero aunque no me creas, el pendejo ya estaba dilatado y mojado. Mientras jugaba con su colita, mi mano izquierda fue desatando mi cinturón y bajando mi ropa, me la quité. Mis 18 cm estaban duros como nunca. Los ojos de Ernestito iban de su pija a la mía, de su pubis casi lampiño a mi maraña oscura de pendejos, "uy tío, qué grande". Me la comenzó a acariciar con su manito. Le saqué el dedo del culito y puse a Ernestito frente a mi. Mirándolo serio a los ojos le dije "la querés en el culito?". No dijo nada, sólo sonrió, se dio vuelta y quebró la cadera. Le abrí las nalguitas, y con la punta le esparcí mi abundante preseminal. Esto lo tengo que ver, me ...