-
Encuentro casual en el metro de Santiago.
Fecha: 15/02/2020, Categorías: Gays Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues
Hace días que buscaba un buen revolcón, así que cada vez que me sentía caliente subía al metro para sentir el roce de un buen macho pegado a mi cuerpo y su pene rozando mi colita. Un día, ya cansado de solo sentirlo a través de la ropa, me conecté al wifi del metro La Cisterna y me metí a un chat gay, ahí aparecieron varias propuestas y en una apareció un hombre que estaba cerca de esa estación de metro, quedamos en que me vendría a buscar y después iríamos a su casa. Yo un joven de 20 años, solo con algunas experiencias en el cuerpo, aún sentía nervios con ese encuentro casual. Frente a mí, si bien no era lo que esperaba, apareció un hombre cincuentón, ancho de hombros, de buen porte, un metro 80, con brazos grandes y fuertes, muy peludo y algo panzón. Me llevó a su casa y apenas entramos me desvistió por completo, me besó apasionadamente pasando su lengua por mi boca, luego bajando a mi cuelo, tetillas y axilas, chupándolas y mordíéndolas, hasta, ponerme de espaldas a él y empezar a penetrarme. Su pene era de unos 22 centímetros, pero de unas 6 pulgadas de grosor, me dolía mucho cada vez que insistía en ponerme la punta. Hasta que decidió tirarme sobre un sofá, me apretó fuertemente, besó mis labios y puso sus dedos en mi boca, mientras con la otra mano salivaba mi ano e introdujo, primero un dedo, luego dos, hasta tres en mi ano. Hasta que acercó un poco de vaselina, y de sopetón me lo enterró. Sentí que se me iba la vida en ello, que me habían partido el cuerpo, pero el dolor luego se convirtió en placer y las embestidas de aquel macho, todo un oso peludo, me llenaron de sensaciones inolvidables, hasta que acabó dentro de mis entrañas y su esperma chorreaba entre mis piernas. Luego nos dimos una ducha, mientras él enjabonaba mi cuerpo y nos quedamos recostados hasta caer la noche durmiendo cucharita.
«1»