1. Se dio de casualidad 2


    Fecha: 19/02/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... meter mi lengua en su ano, en su concha. Haaifa gemia, retorcia su cuerpo, levantaba sus piernas, las abría. «Follame, follame de una vez, quiero tú polla bien adentro mío», me pedía sin dejar de gemir y retorcer su cuerpo. El gemido que dio cuando se la metí y la empecé a coger fue tremendo, me agarró de la cabeza y me beso metiendo su lengua en mi boca. No dejaba de mover sus caderas, yo la besaba, le chupaba las tetas. «Me corro, me corroooooo», gritó clavando sus uñas en mis brazos y retorciendo su cuerpo entre fuertes ayes de placer. Sentía su concha tremendamente mojada, estaba tan caliente su concha por dentro, yo me mordia los labios por no acabarme dentro de ella. «Por atrás, intenta por atrás», me dijo dándose rápido la vuelta, abriendo sus nalgas. Le volví a chupar el ojete, a lamberlo, dejé caer saliva en su ano, apoyo mi pija y escucho un quejido de dolor cuando se la empecé a meter. Sentía como se abría su ojete, como se quejaba de dolor, hasta que me pide que se la saque, que le duele mucho. Le había entrado hasta la mitad, había sangre cuando se la saque, vi su ojete un poco mas abierto y con manchas de sangre. Haaifa se sacó el pañuelo de la cabeza y haciendo que me baje de la cama, se arrodilló frente mío, dejando que me haga una paja y me acabe en su cara, en sus labios, mi leche caía sobre sus tetas, algunos chorros de leche saltaron a su cabello. «Probá un poquito mi leche, así de a poco como te la voy metiendo por el culo, probala así algún dia me la ...
    ... tragas toda y no te descompones», le decía pasando mi pija por su cara, por sus labios, notando como los abría un poquito y tocando con su lengua sus labios y mi pija, cerrando la boca y noto como paladea, abrió un poco más su boca y metió la cabeza de mi pija, sentía como la limpiaba con su lengua. «Por hoy ya está», dijo sacando mi pija de su boca, con su cara llena de leche. «Vuelvo mañana?», le dije empezando a vestirme. «No, yo te aviso, deja que se me pase un poco el dolor del ano, y seguimos. Yo creo que la próxima vez, me va a entrar toda», me dijo Haaifa, pasando la planta de sus pies por mi espalda. «Hasta otro día, y ya sabes como me tenes que esperar», le dije besano sus labios y me fui. Nos seguíamos viendo en la plaza. Me pidió que fuera de su casa no intente tocarla y seguimos hablando, siempre en torno al sexo, «Eduardo, por que me sangro el ano?», me dijo. «Es que con lo que te metí, te empecé a romper el ano, por eso te sangro, y cuando te la meta toda, vas a tener roto el ano», le dije mirando sus ojos color café oscuros, hermosos, rasgados. «Espero que me guste por atrás, pero por lo menos lo intenté», me dijo y nos fuimos cada uno a su casa. Pasó como una semana que Haaifa no me llamaba ni iba a la plaza. Cerca de casa hay una verduleria de moros. Donde accidentalmente encontré a Haaifa, nos saludamos y nos fuimos juntos. «Que pasó que desapareciste?», le dije caminando los dos para casa. «Es que Farid tuvo unos días de vacaciones», me dijo, «ya mañana ...