Jason Red Bull - Relatos Eróticos

Jason Red Bull

Nunca pensé que me penetraría un rabo tan grande. Ahora espero que vuelva pronto.

Soy Sandy, una chica de 27 años del norte de Madrid tímida, introvertida pero atrevida. La verdad es que tengo muy buen tipo y los últimos sujetadores que pedí por internet me hacen unas tetas estupendas, pero lo de ligar de fiesta nunca ha sido lo mío.

El otro día comenzaron las clases y hay un chico nuevo en mi clase. En audiovisual la mayoría es gente de Madrid y alrededores así que este chiquito de color me llamó enseguida la atención. No es que se me dé muy bien pero roja como un tomate fui a presentarme al nuevo, Jason.

La química fue inmediata y nunca había sentido tanta atracción por nadie. En cuanto nos miramos a los ojos yo sentí como me ponía tan húmeda que pensaba que me corría y sus chinos comenzaban a marcar aun más algo, que se perfilaba grandioso. Como si nos conociéramos de toda la vida salimos de clase hablando de nada y de todo hasta que llegamos a la puerta del baño de chicas.

Abrí, me siguió y nos encerramos en uno de los baños. Enseguida me quité la camiseta mientras él me desabrochaba el sujetador. Se bajó los pantalones mientras yo me subía la falda y cuando comencé a marearme por lo increíblemente perfectos que eran sus abdominales mi mirada acaba en un rabo de al menos 18 centímetros y del grosor de una lata de Red Bull.

Me agarró por el culo y me levantó contra la pared mientras nos mirábamos fijamente a los ojos. Entones sentí mi espalda contra la pared y su pene entrando en mi vagina como si estuviera hecho para ella. Y empezó a follarme como jamás me había follado nadie, su rabo se hacía más y más grande con cada empujón y yo me corría y no podía parar. Y yo gemía y gemía mientras el empujaba y empujaba buscando llenarme de su gloria.

Sentí su corrida por todo mi interior, salpicando cada rincón no paraba de salir. Caliente, ardiente y masculina como él. Estoy deseando que llegue mañana para encontrarnos otra vez.