Ayudando a mi hermana a rasurarse
Fecha: 25/02/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: orestes santoyo, Fuente: CuentoRelatos
Breve historia de cómo llegamos a la relación que hoy nos une.
Todo empezó un trágico fin de semana donde las vacaciones de verano terminaron de manera repentina con un grave accidente, el auto en que viajábamos sufrió una volcadura, mi padre falleció de inmediato y mi madre a los tres días, mi hermana permaneció en el hospital más de una semana totalmente sedada y casi tenía el total de su cuerpo enyesado, curiosamente yo resulte sin un rasguño y me sentía culpable por haber viajado en ese tramo totalmente dormido sobre el piso del vehículo. Tal vez de estar despierto podía yo haber avisado a mi padre del peligro, algunos expertos y peritajes determinaron que tal vez mi padre se quedó dormido pero aun así me sentía mal.
Los tramites para los entierros fueron simples con la ayuda de las autoridades, mi hermana no cobro conciencia hasta el cuarto día y nadie le informo de las circunstancias, al verme en la visita sonrió como siempre y paso de inmediato a un llanto como cuando éramos niños, lo único que podía tocar en ese momento era a partir del muslo de la pierna derecha hasta su pie, por el enyesado estaba libre el pie izquierdo, eran visibles también, la mano izquierda y la punta de los dedos de la mano derecha, sobando y acariciando con palmaditas, trate de tranquilizarle, tratando de asegurarle que todo estaba bien y que ahí estaba yo para ayudarle.
Sus preguntas sobre mama y papa eran inevitables, tuve que contestar con la verdad y sufrió un colapso que ...
... gracias a la atención médica, no dio oportunidad a más plática ya que la doparon de inmediato con inyección sobre la misma línea del suero que tenía conectado a su brazo; permanecí toda esa tarde a su lado y abrió los ojos cerca de la hora de salida, al verme comenzó a llorar nuevamente por lo que al no poder abrazarle, solo acaricie su cabeza y rostro hasta que dejo de llorar, cuando lo hizo, como en un gesto de premio di un par de besos en sus mejillas, le asegure que todo estaría bien y le dije que al día siguiente pasaría a verle.
Al día siguiente, desde las primeras horas, estaba ahí para verla despertar.
-Octavio, ¡Qué bueno que estas aquí!, Por favor dime: ¿Qué vamos a hacer?
-Nada, dije, tenemos que continuar viviendo y si lo hacemos juntos será mejor.
No contesto más nada, lloro en silencio.
Después de días más entre sedada y resignación mi hermana ya no lloraba, de hecho alguna que otra broma de mi a los doctores o personal de servicio la hacían sonreír.
Pese a que todos los gastos los cubría el seguro médico de ella, quería volver a casa los médicos sin estar de acuerdo aceptaron pero hasta que hubieron removido fijaciones de miembros que por ser complementarias o de apoyo no alterarían el resultado de la fijación principal entre cadera y tronco, salimos una tarde, ella en una silla de ruedas con un brazo escayolado en el codo, el otro brazo escayolado del codo a la mano y con su pierna izquierda enyesada del muslo hasta el tobillo yo siendo su fuerza ...