El amigo de la familia - Relatos Eróticos

El amigo de la familia

Nunca hubiera creído imaginarse con él de la manera en que lo hizo...

Todo fue muy extraño; llevaban ya un buen tiempo de conocerse. Ella apenas rebasa los veinte, es soltera y parece bastante tímida y reservada; él es papá, le dobla la edad, es muy alegre y sociable; no se conocieron directamente, sino por la amistad de él con la familia de ella. Cada vez se veían más frecuentemente, jamás solos, siempre en reuniones. En estas, a ella a veces le parecía que él la deseaba y quería hacerla suya, porque notaba la forma en que miraba su trasero, (el cual no es muy grande, pero es firme y se puede apreciar muy bien su redonda forma con los yogas pants y leggins con que ella gusta vestir). Podría decirse que se llevaban bastante bien, cada vez con un poco más de confianza. Ella no se dio cuenta cuándo comenzó a sentir un ligero cosquilleo cada que lo iba a ver, pero en cada ocasión éste se iba intensificando, hasta que un día no podía resistir y ya sentía el aroma de su perfume, cuando iba camino a la reunión. Ya en ésta, todo mundo platicaba en la sobremesa y ella sólo se dedicaba a escuchar y reír un poco de los comentarios, pero los chistes y toda la conversación comenzaron a volverse más atrevidos y sexuales, que de un momento a otro ella ya no podía decir mucho porque estaba imaginando al hombre haciendo con ella lo que comentaban ahí.

Tan excitada estaba, que tuvo que disculparse y retirarse del lugar. Llegando a casa, corrió a su cama y se desnudó, no podía quitarse ...

... al hombre de la mente y empezó a sentir la humedad escurriendo en su entrepierna, tomó su juguete y se tumbó en la cama, no tuvo tiempo ni de cerrar la ventana, por lo cual quedaba a la vista de su vecino, pero cuando notó el hecho, en vez de querer cerrarla, se excitó aún más.

Su gran imaginación la hizo sentir que el hombre verdaderamente estaba ahí, mientras pensaba en él, comenzó a acariciarse los senos muy suave con las yemas de los dedos, después pellizcaba ligeramente sus pezones imaginando que era él mordisqueándolos, después de eso comenzó a estimularlo con sus senos 36C y a hacerle sexo oral, él, ya totalmente erecto, la compensó metiendo dos dedos en su vagina, ella tenía una sensación agradable con eso, pero contrario a lo que su cara inocente diría, ella sabe lo que le gusta y le pidió metiera otro dedo más, hasta que él terminó con el puño dentro de ella, que se retorcía extasiada al sentir como movía toda la mano. Pero ninguno quería que las cosas terminaran ahí, así que la tomó y la puso en 4 para penetrarla mientras veía su trasero, sujetándola de la cadera, después de unos minutos ella tomó el control, lo montó y aprovechó saber que él prefiere trasero que boobies para volver a ponerlo al máximo y a ella también, ya que mientras lo cabalgaba le sujetó las manos y las puso en sus nalgas, algo que a ella le prende muchísimo, él comenzó a acariciarlas y de vez en cuando le daba una nalgada, con lo que ella empezó a moverse más rápido mientras él gemía cada ...