una familia muy normal 1
Fecha: 07/03/2020,
Categorías:
Incesto
Autor: sayago19, Fuente: SexoSinTabues
La fiesta terminó, solo quedamos en la sala de la casa mi hermano menor, mi prima y yo. Aunque él es menor de edad (17 años), ella tiene dos años más que Alberto y uno menos que mi edad; traíamos algunos tragos entre pecho y espalda. Ana había llegado de Michoacán por las vacaciones y había terminado hacía poco con su novio; estábamos jugando baraja y al notar que estábamos solos les propuse jugar botella. “Pero los castigos van a ser medio jacarandosos, les late?” Después de pensarlo un momento y con el valor que da el alcohol aceptaron. Me tocó ponerle castigo a Ana: “Enséñanos las tetas” ella trató de negarse, pero al ver la mirada de interés de Alberto aceptó. Se abrió la blusa y se subió el sostén, mostrándonos unos senos blancos y redondos coronados con unos pezones rosados. Se colocó el brasier en su lugar, pero no cerró la blusa, le tocó girar la botella y nuevamente perdió pero el castigo se lo puso Alberto: “regálame tus calzones”, con una sonrisa se levantó un poco la falda y sin enseñar más se quitó una tanga blanca con rastros de humedad en el puente de la entrepierna la cual entregó sin protestas. Alberto la tomó y se la guardo en la bolsa del pantalón. Nuevamente giró Ana y le tocó castigar a Alberto. “ya que tienes mi tanga, encuérate y póntela”, Alberto se levantó para ir a cambiarse al baño pero lo detuve: “No, tiene que ser aquí mismo” y les entregué a ambos un desarmador bastante cargado, al cual le dieron un sorbo. “antes de que te cambies, chin chin el ...
... que no se acabé su vaso” y levanté el mío (el cual solo tenía jugo de naranja) vaciándolo de un trago; después de pensarlo un momento me imitaron. Sabía que el alcohol terminaría con las inhibiciones que aún les quedaran. Alberto se puso de espaldas a nosotros y se desnudó, para mi no era novedad puesto que en ocasiones habíamos compartido la ducha juntos, causando una mirada de agrado y un poco de rubor en Ana quien se deleitó al verlo agacharse para ponerse la tanga. Al girarse la breve prenda apenas cubría una erección y sus testículos se asomaban por abajo. Alberto giró y le tocó nuevamente a Ana ser castigada por mi. “te toca encuerarte por completo”, apretando los labios para guardarse una queja, se levantó y se despojó de sus prendas; mostrando un pequeño triángulo obscuro entre sus muslos. Se sentó sobre sus piernas cerradas y cubriendo sus senos con un brazo giró la botella. “ponle su castigo a Alberto” le dije. Ana inmediatamente le pidió que le devolviera la tanga, lo cual hizo Alberto mostrando su fuerte erección. Rápidamente giro la botella y me tocó castigar a la prima otra vez. “Acuéstate boca arriba, separa brazos y piernas, voy a apagar la luz y Beto tendrá cinco minutos para hacerte lo que quiera”. Obediente, tomó sus posición, Alberto se acercó; apagué la luz y los dejé que tuvieran su noche de pasión. Entro al baño, me masturbo recordando el cuerpo fresco de Ana y el encuentro sexual que tuve ayer con una vecina. Lo que no sabían es que la luz del pasillo ...