1. La mujer y el monstruo (visión futura)


    Fecha: 10/03/2020, Categorías: Hetero Autor: gauguin1983, Fuente: RelatosEróticos

    Tras la conversación caliente en la piscina, Mera y su amiga Yut-sen se reúnen en el camarote de esta última para masturbarse juntas. Utilizan unos trajes ceñidos al cuerpo con sensores de temperatura y erogénesis que, complementados con unas gafas-caperuza de realidad virtual, conforman el kit “Placer Total”, tan solo disponible en el mercado negro. Las gafas-caperuza conectan a las chicas enseguida con su lado erótico más salvaje.
    
    Mera conecta con una sala circular sombría, tenuemente iluminada por pequeñas luces amarillas y azules que conforman varias circunferencias concéntricas sobre el suelo. En el centro de la sala y rodeadas por las circunferencias hay un número indeterminado de siluetas que emiten distintos sonidos sexuales de baja frecuencia, casi más audibles por los poros que por el oído. Mera se aproxima con pasos pausados pero decididos y la vibración de su cuerpo va haciéndose cada vez más y más intensa. Su piel, sus senos y su sexo palpitan y vibran al compás de los sonidos de placer que emiten las presencias en penumbra hacia las que se aproxima. Su corazón late deprisa. Se encuentra en un lugar que podría parecer sombrío pero no siente miedo, al contrario, se siente arropada por el calor del momento y el de la sala, repleta de calor íntegro de sexo. Siente como si de su vagina surgiera un fuerte e intenso cordel que la uniera irremediablemente a los sexos de esas otras presencias. Toca algo con su rodilla. Palpa, atisba y respira profundamente. Sus manos ...
    ... encuentran un falo ancho y duro como una roca. Siente su vagina humedecerse, su clítoris y sus pezones tiesos como astas. El calor se le ha introducido en el cuerpo y ahora toda ella es arrebato. Ávida y sedienta de placer, se roza su sexo contra la caliente roca. La siente palpitar, expectante. Sobre la fálica roca comienzan a nacer unas luces de colores fosforescentes. Otras similares van apareciendo alrededor del centro de la sala, dando forma en la oscuridad a otros penes, vaginas, pechos y labios. A medida que Mera se introduce el falo, su apasionada vagina va impregnándose también de fosforescencia. Se acaricia los pechos y estos se impregnan también de color. Otras manos cálidas y fuertes acarician ahora su pecho. Siente un aliento sobre la nunca. Se le eriza el vello en la piel. Una leve respiración alcanza su oído izquierdo. Siente una lengua recorriendo sutilmente el lóbulo de su oreja. Gira su cuello, sin dejar de flexionarse rítmicamente sobre el falo-roca, para poder acoger esa lengua tentadora en su boca. La acoge con los ojos cerrados, como suele hacerlo siempre que besa a alguien, pero enseguida vuelve a abrirlos. Y continúa abriendo sus ojos cada vez más y más. Esa lengua no es humana. Le agrada su beso, pero por su textura y su excesivo tamaño sabe que no es una lengua humana. Otras luces de colores fosforescentes comienzan a surgir en el rostro oculto del ser que la está besando. La fosforescencia perfila unas cejas, una frente, unos labios, unos pómulos, ...
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