Jaque mate (Parte 2 de 8)
Fecha: 12/03/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: dulces.placeres, Fuente: CuentoRelatos
... elegir, en un abrir y cerrar de ojos estaba en un probador midiéndome prendas y casi no opinaba, Gustavo caminaba contrariado de un lado a otro mirando insistentemente su reloj, incluso hablaba por su celular, entiendo que retrasando la cena, me sentí tan tonta, y si perdiera la oportunidad por mi culpa…
Al fin, una blusa tornasolada y brillante, con escote asimétrico dejando mi hombro derecho descubierto, con una minifalda de látex borravino demasiado corta que marcaba demasiado las caderas y la cola para mi gusto, además la notaba excesivamente corta, lo cual resaltaba mis muslos haciéndome sentir avergonzada, yo no era así, pero no estaba en posición de discutir…
Cuando salí del probador tuve una rara sensación, me sentí bonita, vestida para matar, Gustavo se quedó paralizado al verme, con la boca abierta y en un segundo intuí que había pasado toda su locura.
-Estás… estás… sencillamente maravillosa…
Sonreí, en mi rutina ya no recordaba lo que era sentirse observada, deseada, solo le dije temerosa
-Pero Gustavo… yo… yo no puedo pagar por esto…
Mi jefe sonrió por mi inocencia, sacó su billetera donde tenía tarjetas de crédito de todos los colores, le dio una al tipo que lo había atendido y firmó sin siquiera mirar el importe, cosa que yo si hice como si se tratara de mi dinero.
Le pedí cinco minutos más, pasé por el baño, vacié mi vejiga y me maquillé convenientemente, un toque más agresivo haciendo juego con mi look de mujer fatal.
Partimos hacia ...
... el lugar del encuentro, ahora más calmo, ahora a menor velocidad, Gustavo cada vez que el tránsito se lo permitía desviaba la mirada hacia mi cuerpo, o se perdía en mis muslos o en mis pechos que resaltaban al ser atravesados por el cinturón de seguridad, sentía vergüenza, me sonrojaba, pero al mismo tiempo sentía una leve picazón, esa que nos envuelve a las mujeres cuando nos sentimos deseadas y bonitas.
Llegamos al lugar, no podía creer el restaurante elegido, demasiado para una noche de negocios pensé, la luz estaba tenue y se respiraba en al ambiente el aire a ‘cajetilla’, nos recibieron como a príncipes y a mi jefe de la misma manera que lo habían recibido en el local del paseo de compras, dejando en claro que era cliente habitual del lugar.
Nos acompañaron a una mesa que daba a un ventanal que era iluminada por las luces de la avenida exterior.
El acomodador corrió mi silla para que me sentara, tratándome como a una dama, aunque pude advertir su mirada indiscreta recorriendo mi cuerpo. Me senté sin decir palabra, pero las cosas no estaban en orden, una mesa ‘solo para dos’, no había nadie conocido, es decir, ‘los franceses’ como Gustavo les decía, empecé a desconfiar de la situación, por lo que me apresuré a preguntar en voz baja apenas nos dejó el tercero y tuvimos un poco de intimidad
-De que se trata esto?
-Una cena, que más… - respondió Gustavo como haciéndose el tonto
-Vamos, tu sabes, los franceses? – insistí casi exigiendo una respuesta, sin ...