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Vecinos incestuosos y perversos II
Fecha: 12/03/2020, Categorías: Sexo en Grupo Autor: Hansolcer, Fuente: SexoSinTabues
... no tan larga como la de Joaquín, pero gruesa, ancha y carnosa. Ya la culeaba Miguel una y otra vez, despacio cómo si quisiera sentir cada entrada en aquella vagina que por primera vez penetraba. Josefa hacía lo suyo con mi pene, me masturbaba al tiempo que lo engullía en su boca, podía ver que me miraba cuál si quisiera medir el gusto que me causaba. Me tenía loco, lo que sucedía a nuestro alrededor simplemente no existía. Que importaba que a unos metros cogieran a mi hermana, que importaban los gemidos de Clara un poco más allá. Que importaba Claudia mamándole el pito a su inexperto hermano de tan solo 12. Lo que me hacía sentir Josefa era indescriptible, la muy zorra parecía gozarlo tanto como yo que incluso se daba dedo en su panochita. Le saque el pito y ella pareció entender que había llegado el momento cumbre. Le ayude a bajarse sus calzones y cómo quede a la altura de su chocho pude oler su aroma a hembra caliente, irresistible. Con uno de mis dedos palpe y pude saber que estaba encharcada de líquidos. Sus gruesos labios vaginales parecían aún más dilatados que siempre. Por instinto me lleve la mano a la boca y lamí aquellos líquidos y luego se los ofrecí a ella quien golosamente chupo mis dedos. La gire dejándola con su culito a la altura de mi pene y no resistiendo la tentación le chupe el chocho, desde atrás, abriendo sus cachetes del culo me metía hasta sorber aquellos líquidos que me sabían de maravilla, Josefa se retorcía sin poder callar lo que le hacía sentir. ...
... Gemía tan alto que el mismo Miguel tuvo que decirle que guardara silencio porque nos podían descubrir. Sonreí para mí, está vez éramos el centro de atención. Meter mi verga en esa vagina fue casi divino por decir una palabra, apretada al exceso aunque jugosa, caliente y suave. Podía sentir como me abría paso mientas escuchaba el gutural sonido de Josefa disfrutando cada centímetro. Cuando nuestros cuerpos chocaron nos quedamos quietos, dándonos cuenta que el mundo no había dejado de girar. Miguel nos miraba un tanto celoso, Joaquín seguía cogiendo a su hermana y Claudia parecía no estar satisfecha con el pito de su hermana. Fueron segundos que luego dejaron de importar, aferrado a sus caderas empecé a penetrarla una y otra vez. Le daba despacio saboreando su vagina, sintiendo su estrechez, oyendo sus gemidos de mmmmm mmmmmm mmmmm mmmmm una y otra vez. Fueron largos minutos de placer, desconectados del mundo. Ignorando incluso el frío de la noche. Pude sentir los espasmos en la vagina de Josefa, como aceleró sus movimientos de caderas, la escuche pedirme que le diera más fuerte, que se la mandara toda. Que quería más, que sentía rico, que me amabaaaa Terminamos. Joaquín y Miguel nos miraban extrañados, Beatriz se acomodaba sus ropas. Claudia nos miraba como buscando una explicación a lo que acababa de ver. Quizá nadie más la tenía, solo Josefa y yo. Había sido un polvo que no tenia comparación. Yo seguía con mi verga al aire, goteando semen. - Ya vístanse – escuchamos decir a ...