Regalo de cumpleaños
Fecha: 15/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: femmefatale, Fuente: RelatosEróticos
Lo que te cuento me pasó a final de junio, después de la típica cena de trabajo en la que bebes un poco más de la cuenta y las inhibiciones quedan aparcadas a un lado. Después de cenar estuvimos en un garito bailando y tomando algo, desde ese momento Antonio y Javier, dos compañeros con os que me llevo muy bien anduvieron al lado de mi. Primero risas, algún comentario entre soez y divertido, roces mientras bailábamos. El caso es que después de un rato, noté como mi ego de mujer se iba creciendo y sentirme deseada me excitaba y me hacía tener unas ganas locas de follar.
A las 4 de la mañana le dije a Antonio que estaba cansada que si hacía el favor de llevarme a casa, Javier y Luis, el de contabilidad se apuntaron a volverse con nosotros. Cuando llegamos les invité a tomar la penúltima. Esa noche estaba sola, Pedro se había ido con los niños al chalet, como yo tenía la cena quedé en ir al día siguiente.
Mientras subíamos en el ascensor todos sabíamos lo que iba a pasar, Antonio se me acercó por detrás poniendo su paquete en mi culo, mientras que Luis no paraba de mirarme con descaro el escote. Entramos en casa, les llevé al comedor y les miré fijamente. Silencio. Me acerqué despacio a Javier y le metí la lengua hasta la garganta mientras sobaba su paquete. Luego hice lo mismo con los otros. La polla de Antonio se me antojó enorme. A él le di el video mientras decía: “no quiero que pierdas detalle de lo que va a pasar aquí”, y poniéndome de rodillas me acerqué a Luis ...
... andando a cuatro patas.
Chupé su pantalón, noté como su polla quería escapar de ahí, pero seguí un rato más así. Al fin mi mano bajó la cremallera, le bajé los pantalones y los calzoncillos, con mis dos manos agarré su culo y me la metí hasta dentro. Un ahogo salió de su garganta, al tiempo que mi lengua jugueteaba con su cabeza y mi mano derecha se la meneaba con fuerza. Me la metí más dentro en la boca. El pobre gemía y me suplicaba que no me parase. Pero paré, me volví de nuevo de rodillas hacia Javier que se había quitado el pantalón y me esperaba con su polla ansiosa de recibirme. A él no se la chupé, al llegar me di la vuelta y le ofrecí mi culo. Lo manoseó y casi me arrancó el vestido antes de metérmela hasta los huevos. Yo estaba completamente húmeda, después de un par de minutos comencé a correrme como un perra, quería no acabase nunca.
Antes de que se corriera lo aparté de mi. “Venid los dos, quiero que me chupéis de arriba abajo, quiero que me hagáis correrme con vuestras lenguas”, dije con una seguridad que a mí misma me estremeció. Obedientes se acercaron y empezaron a recorrer mi cuerpo con sus lenguas, Luis el cuello y las tetas, Javier los muslos y el culo, sus manos se hundían en mi coño sucesivamente y sus dedos pellizcaban mis pezones, haciendo que me estremeciera una y otra vez.
Antonio seguía con el video, no dejaba de tocarse y a esas alturas su polla estaba como un ariete esperando embestir. De un empujón lancé a Luis en el sofá y me subí encima de ...