Eliezer
Fecha: 23/09/2017,
Categorías:
Hetero
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... para impedírselo (aunque me estaba gustando), pero él, sin violencia, me dio una nalgada, mientras no soltaba el dedo de la otra mano, que estaba firmemente instalado sobre mi agujerito.
- Vamos, relájate - me decía mientras me daba otra nalgada-, verás como te gusta.
Poco a poco, fui relajando la presión que hacía con las nalgas para impedirle el acceso a mi culito, sólo separando los bordes, y allí giraba el dedo que notaba mojado. Continuaba dándome nalgadas con la mano libre.
- Ay, prima, si vieras que bonito espectáculo: tus nalgas se mueven como un flan, cuando les doy palmadas, y el agujerito de tu culo, que se dilata y contrae alrededor de mi dedo, como guiñándome. ¿Quieres que te meta un poco el dedo?
-Yo continuaba tendida sobre mi pecho, sin decir nada, solo suspirando.
- Vamos, dime que quieres que meta mas el dedo, quiero saber que aceptas, no te obligare a nada que tú no quieras.
- Sí, méteme el dedo, me estás dando mucho placer; métemelo, pero trata de no hacerme daño.
-No, ¿cómo voy a hacer daño a este culito que espera sólo caricias?
Sentía su dedo, que apartaba los bordes de mi culo, y lo sentía rozar las pareces del recto. Pero no avanzó mucho, creo que uno o dos centímetros. Tal vez porque resbalaba mal. Entonces me hizo poner a cuatro patas, con la cabeza apoyada sobre la cama, ofreciendo impúdicamente mi culito a su mirada.
- ¿Que culito tan bonito? ¿Lo voy a chupar un poquito, si? Así resbalará mejor, ¿quieres?
- Si, ...
... chúpame quiero saber si se siente rico. No sé por qué me parecía bien que me chupara el culo, y en cambio me parecía sucio que me chupara la rajita. Supongo que a esas alturas yo estaba ya tan caliente, que me parecía bien cualquier cosa que me hiciera.
- Sí, te voy a chupar el culito, lo dejaré bien mojado, porque después quiero meterte mi pija en él.
- Sí chúpamelo bien, quiero que me la metas, pero antes hazme sentir tu lengua. Empecé a sentir una cosa caliente y húmeda en mi culo, mientras que con ambas manos me separaba las nalgas, para así llegar más adentro. Repasó los bordes, y de vez en cuando insinuaba la lengua dentro, sólo un poquito. Era una sensación extraña, porque al pasar la lengua sobre el ano, lo sentía caliente por la temperatura de la saliva, pero poco a poco se enfriaba, y notaba el frescor húmedo. Mientras, de rodillas detrás de mí, se estaba pajeando, pero no para darle mayor consistencia, porque notaba las venas hinchadas, y la cabeza roja de la excitación.
- Bien, ahora prima, voy a separar con las manos los cachetes del culo, porque voy a meterle mi pija. Así lo hizo, sintiéndome tan indecente, por ofrecerme así ante los ojos de quien hasta ese momento no veía más que como mi primo. En esa posición, sentí caer saliva que desde su boca dejaba caer sobre mi ano, y lo embadurnaba con la cabeza de su pija. (que suavecita la tenía, parecía de seda, tan caliente) Notaba la diferencia de temperatura de la punta de su pija con mi agujero. Pronto la ...