Vacaciones Todo Incluido – Parte 8
Fecha: 23/09/2017,
Categorías:
Incesto
Autor: ElianOcho, Fuente: SexoSinTabues
... estaba intacto. Visitando al Principito en el Templo Subí por las escalinata de ese templo que se me hacía tan familiar, los dos guerreros que protegían la entrada a la explanada me dejaron pasar al enseñarles mi medalla con el pescadito, arriba en la explanada estaban varias chozas y yo ya sabía a cuál ir, llegando a la puerta llame a mi amigo el principito y por dentro oí un “¡pasa!” Entrando vi al lindo muchachito hijo del Príncipe de Akumal, ese que se parecía a Emi, pero no rubio sino en la versión maya. El pricipito se alegró al verme y me pregunto cuando había llegado y le conté que mi papa me había traído por la mañana y que había estado jugando en la playa, etc. y mientras le platicaba yo ya sabía perfectamente donde tomar agua y en donde estaban los recipientes con nueces y frutas. Para enseñarme su ultimo regalo el principito saco una caja de madera cuadriculada con unas gemas muy brillantes dentro de los casillas y lo puso sobre su cama cubierta de pieles muy suaves como la piel del conejo, y yo me acosté boca abajo sobre ella, mientras el principito me explicaba “me lo regalo mi papa, es un juego, debes acomodar las gemas y cuando están tres de un solo color las retiras y de arriba salen más…“ interrumpiéndole le dije “si, ya he jugado esto antes” y el me vio con una expresión rara. Mientras yo me ...
... entretenía con el juego él separo mis piernas y se sentó en la cama entre ellas, levanto un poco mi trajecito maya y vertió un aceite, ese que olía a coco y comenzó a masajear delicadamente mis nalguitas y con cuidado de dejar mi hoyito bien lubricado, entonces se fue a un taburete y se sentó y me llamo, con el juego en la mano fui y me senté sobre sus piernas, y el comenzó a restregar su pene entre mis nalgas y ya que lo tuvo bien parado me pare entre sus piernas y el apunto hacia mi hoyito y lentamente me hice hasta atrás hasta quedar bien ensartado comenzando mutuamente ese rico mete y saque mientas que simultáneamente me acariciaba mi pecho, pancita y mi pitito paradito. Al sentir su ultimo fuerte abrazo y después de un minuto más de reposo el principito me soltó y saco su ahora ya suave y tierno pitito y con alguna tela me limpio entre las nalgas, entonces recordando a Cloe y los demás me baje mi trajecito y prometiéndole al principito que regresaba en cuanto pudiera, salí de la choza, cruce nuevamente la explanada baje las escaleras y siguiendo de regreso la veredita que rodeaba el templo hasta llegar al lado en que el templo era solo una ruina de piedras encimadas donde el marino ya tenía todo el equipo fotográfico sobre la cuatrimoto y todos nos regresamos caminando hacia la casa a comer y seguir jugando. Continuara.