1. BOSQUE DE PINOS, LA NIÑA DE LA PLAYA


    Fecha: 20/03/2020, Categorías: Hetero Autor: danitzcastro99, Fuente: SexoSinTabues

    ... que su madre estaba en la pieza contigua, durmiendo una borrachera, con todo el peligro que ello representaba pero … era una oportunidad única, un verdadero regalo del cielo. Mi pene estaba durísimo, caliente y palpitaba debajo del pantalón. Le dije que me esperara un poco, mientras iba a ver a su madre. La mujer estaba acostada boca abajo, el pijama todo desordenado, una mano aún sujetaba la botella de ron casi vacía…roncaba plácidamente, un hilillo de baba le corría desde la comisura labial hasta la sábana, los ojos estaban medio abiertos, las pupilas idas hacia arriba… la mujer estaba borracha hasta las orejas… no había peligro de momento. Volví al dormitorio con Lupe, quien estaba botada en la cama, con las piernas muy abiertas, esperándome. Le dije que debíamos estar callados, como ratoncitos, pues su mamá estaba durmiendo y no había que despertarla. Ella asintió con la cabeza, se acomodó de mejor manera, usó sus manitos para volver a abrir sus orificios y esperó. Yo liberé mi pene del pantalón, y con lo duro que estaba, me costó sacarlo. Hacía tiempo que no lo veía de esa manera: duro, terso, gordo, largo, venoso, la piel henchida, el tronco rosado, el glande de color púrpura coronado por el líquido pre- seminal. Creí que habría alguna reacción de la niña al verlo, pero ella se mostró imperturbable. Cogí un frasquito con vaselina que estaba encima del velador y embadurné la punta de mi pene, hasta dejarlo bien lubricado. El silencio se había hecho tan profundo, que ...
    ... escuchaba sin problemas los latidos de mi corazón, las manos me temblaban y contenía mis fuertes jadeos. Mi intención era abrir los labios vaginales y refregar mi verga sobre ellos y su clítoris hasta eyacular sobre ella. Y lo hice. _”No… así no… métemela”, me ordenó la niña con un tono de voz fuerte y perentoria, abriéndose la vaginita con los dedos. Al separar bien los labios vaginales pude ver, nítidamente, su himen roto y algunos centímetros del interior. Se veía muy rojo, mojado y estrecho. _”Te va a doler… no quiero lastimarte”, me excusé. _”Dale… que no me duele… me entra bien… se siente más rico cuando me lo meten y me llenan de lecha”, dijo ella con una extraña sonrisa en su lindo rostro. Medí ambos genitales y no me cuadraban los cálculos pero, aún así decidí intentarlo. Con infinita delicadeza, posé mi lubricado glande sobre su vaginita abierta, empujé hacia abajo y después hacia adentro. La conchita se dilató fácilmente, acogió mi glande y se lo tragó enterito. Lupe cerró los ojos, se mordió los labios y echó la cabeza para atrás, gimiendo bajito. Yo, no cabía en mi sorpresa y felicidad. Hundí un poco más hasta que entraron unos 3 cms mas después del glande, la parte mas gruesa de mi herramienta; entonces se quejó fuerte y con su manito detuvo la penetración. _”Lo siento… ¿quieres que te lo saque?”, pregunté preocupado. _”No… déjalo adentro… sólo métemelo despacito”, me dijo ella con una tierna sonrisa, que me desarmó por completo. Lo retiré un poco, lo dejé inmóvil ...
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