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El repartidor de Oaxaca
Fecha: 28/03/2020, Categorías: Gays Autor: Morgan35, Fuente: SexoSinTabues
Hace unos días de la semana pasada estuve más caliente que de costumbre, recorrí diferentes categorías de videos porno, tríos, interracial, anal, maduras, etc. , debo confesar que leí en alguna ocasión en esta página algún comentario sobre la estimulación de la próstata y el orgasmo anal y me llamó mucho la atención, lo intenté de diferentes formas, metiéndome un dedo, un cepillo, un pepino, un palo de escoba e incluso llegué a comprar un dildo con vibración como de 17 cm pero nunca pude conseguir un orgasmo sin tener que tocarme y era cada vez más frustrante el no poderlo conseguir. En mi desesperación había consultado ya algunas páginas de escorts gay, transexuales hermosas con grandes herramientas pero en realidad no me animaba a contratar algún@ por la mala situación de violencia que vivimos en el país y en especial en la CDMX que es donde vivo yo. Tenía miedo de que me fueran a drogar para después robarse mis cosas o tener una mala experiencia de la cual arrepentirme por lo que decidí no hacerlo. Realmente NO me gustan los hombres de ninguna forma pero había fantaseado con mamar una buena verga por lo menos más grande que la mía y que se corriera en mi boca para probar el esperma de otro hombre, el mío ya lo había probado pero la verdad no me gustó el sabor. Como lo mencione anteriormente, ese día hasta me hice un lavado de culo para poder jugar con el dildo sin ensuciarlo y tenerlo que limpiar a cada rato, por cierto ya tenía el culo algo dilatado y lubricado pero ...
... nuevamente sin haber conseguido el misterioso y tan deseado orgasmo anal. Eran aproximadamente las 5 de la tarde por lo que ya tenía hambre y tenía una flojera terrible de prepararme algo de comer así que llamé a un restaurante con servicio a domicilio, nunca imaginé lo que iba a pasar unos minutos después. Sonó el timbre para avisarme que había llegado el repartidor, abrí la puerta y recibí el pedido en la mano, olvidé la billetera en mi habitación por lo que apenado le dije al repartidor que iría rápidamente por el dinero para pagarle y me respondió que no había problema y que en la puerta me esperaría. Debo mencionar que el aspecto de ese tipo me hizo fantasear de camino a la habitación, un hombre joven entre 25 y 30 años, 1. 85 mts de altura, complexión fornida y atlética, de tez morena, cabello oscuro, ojos y labios grandes, su acento al hablar era diferente, sin duda pertenecía a alguna comunidad indígena de provincia; tomé la cartera y saqué el billete más grande que tenía con la malévola intención que me dijera que no tenía cambio y así poderme aprovechar de la situación. Me sentía nervioso de que las cosas no fueran a salir tan bien como las imaginé, caminé hacia él con la mirada abajo buscando alcanzar a ver su bulto en los pantalones, llevaba un pantalón negro del uniforme pero le quedaba algo ajustado, era la primera vez que mis ojos se quedaban viendo los genitales de un hombre. Estiré mi mano hacia él con el billete para pagarle y llegó la respuesta que buscaba: “¿No ...