Atendiendo a unos clientes de mi marido
Fecha: 30/03/2020,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Por tal motivo me pedía que lo llame al hotel el fin de semana y que lo invitara a cenar a la casa. El previamente le había mandado un mail, disculpándose y diciendo que yo lo llamaría. Yo le comenté que no sabría qué hablar y él me respondió que únicamente había que atenderlo bien para que se fuera contento y tu Amalia sabes como hacerlo. Colgó el teléfono y me puse a pensar de que hablaría con él, ya que creo que en ese país hablan inglés o algún idioma africano. Al día siguiente fui a la oficina de mi marido, comenté con sus secretarias sobre la cena que tendría que dar, y me empezaron a gastar bromas diciéndome que los negros, tienen fama de tener polla inmensas y cosas así ¿que sabrán ellas?. Ese viernes desde la oficina llamé al hotel para averiguar si había llegado y cuando me respondieron que si, pedí que me comuniquen a su habitación.
Me contestó en un perfecto español y me dijo que estaba esperando mi llamada, así que tuve que explicarle la situación nuevamente y decirle que Juan no podría atenderlo, pero que me había pedido que lo invite a cenar a nuestra casa. Él me dijo que no había venido solo, sino con un socio más y me preguntó si no había ningún inconveniente. Le dije que no, pero por dentro yo me decía que iba a hacer yo sola con dos tipos en mi casa. Le dí la dirección, y me contestó que irían en un taxi del hotel como a las 8 de la noche. En el camino compré comida preparada, de tal forma que solo la pondría a calentar cuando llegaran. Me di un baño ...
... para refrescarme y fui a mi habitación para escoger qué ropa me pondría esa noche, ya que debía darles una buena impresión y atenderlos cortésmente, según me lo había pedido mi marido. Me puse braguitas y sujetador color negro, además de unas medias de nylon del mismo color. Escogí un vestido, que había comprado para salir alguna noche con mi marido.
Era color celeste acero y modelo Jane, que es más corto de un lado de la pierna y largo por el otro lado. Lo único malo era que por la parte corta, se notaba un poco el encaje de mis medias, así que debía sentarme con cuidado para que no se levantara mucho ese lado del vestido. Me coloqué unos zapatos negros y me miré al espejo para ver que tal estaba. Me miré por detrás y debido a que el vestido es de un material muy fino, en el costado de mis nalgas se notaba muy pegado, pero ya no tenía mucho tiempo para escoger algo más, ya que de un momento a otro llegaron. Mientras me maquillaba y peinaba. Apenas terminé de arreglarme, tocaron a la puerta y fui a atender un poco nerviosa. Esperaba que se llevaran una buena imagen de la atención que les iba a dar. Cuando abrí la puerta me llevé una impresión, ya que eran dos hombres de raza negra, pero su piel era de un negro color aceituna y ambos medían como 1.90 de estatura. Estaban vestidos de manera casual con unas camisetas marca Lacoste.
Los saludé y los invite a pasar. Uno de ellos me entregó dos botellas de champagne que puse a helar, y los tres nos sentamos a hablar en la sala ...