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Con un desconocido
Fecha: 30/03/2020, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Soy una mujer rubia de 33 años, lindo rostro y cuerpo casi perfecto, pese a tener 2 hijos. Estaba de vacaciones en una posada de un pueblito costero por una semana. El segundo día allí salí a correr temprano por una playa larga y hermosa. Ví a un pescador que sacaba una red del agua y me acerqué a ver. El hombre me miró y sentí una atracción irresistible por el. Era un hombre negro, muy fuerte y musculoso, de 1.90 de estatura aproximadamente. Al mirarlo a los ojos nos quedamos trabados mirándonos y noté como su bulto crecía con violencia. El dejó la red y se acercó a mi, tomó mi rostro y me besó. Fue un beso delicioso. Alzandome me llevó hacia unas palmeras y empezó a besarme con pasión desvistiendome. Nunca en mi vida estuvé tan excitada y respondía natural y ardientemente a sus caricias. Al desnudarme me apoyó en una palmera y me levantó con sus poderosos brazos, sentí como buscaba con su glande mi rajita. Estaba completamente mojada por la excitación y aquel pene se hundió en mi vagina completamente, haciendome dar un grito de placer y dolor. Fue una gran sorpresa sentirme tan llena y tuve un fuerte orgasmo, el empezó a moverse con lujuria, mi clítorix rosaba firmemente su vientre y tuve dos otros orgasmos, perdí la cabeza completamente y me aferré a el gimiendo y jadeando como loca, y al ...
... sentir su fuerte chorro de semen vertiendose profundamente en mi vagina acabé por cuarta vez. El me besó con deseo mientras nos recuperábamos. Sentí unas fuertes palpitaciones, pero no sabía si venían de mi vagina o de su pene. Poco después volvió a cogerme sin haberse separado de mi, y tuvo otros dos orgasmos. Al salir de mi cuerpo vi por primera vez su sexo, era enorme y oscura, y juro que no se como entró aquella maravilla en mi cuerpo. Mientras me colocaba la ropa me dijo que fuera más temprano al día siguiente, me besó y se fue a trabajar en su red. Quedé temblando de miedo y deseo, volví trotando al hotel. Por mi pierna resbalaba el semen de aquel desconocido. Entre a la habitación y todos dormían aún, y entré a la ducha. Mientras me bañaba me masturbé pensando en lo ocurrido, a pesar que nunca lo había hecho antes. Esa semana aquel hombre negro me convirtió en su objeto de placer, me hizo cosas que nunca antes había experimentado, desfloró mi ano. Yo aceptaba todo sin hablar, solo lo disfrutaba. Si me hubiera pedido que me fuera con el, habría abandonado todo. Esos 10 días que tiré lujuriosamente con el han sido los 10 días más lujuriosos y eróticos de mi vida. Munca supe su nombre, ni donde vivía. Solo se que es un macho maravilloso de unos 35 a 40 años que sabe como hacer gozar a una mujer.
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