Hijas del Sol Naciente p1
Fecha: 05/04/2020,
Categorías:
Dominación / BDSM
Fetichismo
Autor: pepejuxn, Fuente: xHamster
... había venido. Ella me dijo que me acercara con un leve movimiento de su brazo. Miré el interior del bol. Eran espaguetis con tomate.- Come. - Me dijo. E introdujo sus dos pies en el bol. Metí la cabeza entera, y empecé a comer con ansia, llenándome la boca de pasta. - ¿Vas a dejar la comida que hay junto a mis dedos? - me dijo. - No, ama.- Entonces saqué la lengua, y lamí sus pies de arriba a abajo, luego en círculos. Cogía mi comida con la lengua y la ponía sobre sus pies, luego la sacaba de ellos de largos lengüetazos, para masticarla y tragármela; así vacié todo el plato. Después mi princesa levantó los pies, y pude lamer sus delicadas plantas, pasando mi lengua una y otra vez hasta no dejar ni rastro de comida. Después repetí la operación con sus empeines, y luego con la parte superior, pero dejé el postre para el final. Cuando la mayor parte de sus pies estaba empapada con mi saliva, me introduje sus dedos en la boca, uno por uno, rozándolos con mi lengua, que pasaba después entre sus dedos para meterme en la boca otro de ellos.El placer que aquello me producía es indescriptible. Podía notar los pequeños dedos de la princesa retorcerse rítmicamente en el interior de mi boca, y su piel suave y caliente dejaba un exquisito sabor salado en mi paladar. Sin osar levantar la cabeza miraba sus delicados tobillos, los veía girar sobre sí mismos, doblarse para estirarse. Mientras tanto mi lengua recorría todos los rincones de aquellos maravillosos pies, buscaba en sus ocultos ...
... escondrijos la fuente de todos los placeres, los masajeaba, los saboreaba, casi los devoraba. Podía oir la respiración entrecortada de la princesa, los suspiros que trataban de escaparse desde su garganta, pero que quedaban aprisionados entre sus labios siempre cerrados, con su expresión severa inmutable. Se estaba excitando.Con un suave gesto la princesa empujó su pie hacia el interior de mi boca, introduciéndolo lentamente en ella hasta casi la mitad. Mi boca se había llenado de pronto con aquel aroma fresco y salado, y ahora mi lengua recorría en círculos la planta de su pie, extraordinariamente suave, llenando con mi saliva aquella piel de seda. Lentamente, con calma, la princesa empezó a sacar su pie para volver a introducirlo inmediatamente, con la misma exquisita suavidad. Así siguió por un tiempo, bombeando su pie dentro de mi boca. Sus movimientos expertos, tan gráciles y refinados eran desde luego impropios de una muchacha de su edad, y dejaban adivinar un enorme refinamiento en su educación.Cuando se hubo cansado de aquel juego, retiró su pie. Yo bajé la cabeza para mostrarle mi respeto, y quedé a gatas y con la cara apoyada en el suelo. Ella puso su pie derecho sobre mi cabeza y dijo:- Debes de tener sed. - Y en aquel momento apareció la misma sirvienta que había traído mi comida, y dejo un bol de agua a los pies de mi señora, llevándose consigo el otro, ya vacío. De nuevo se repitió la escena, y bebí de entre sus dedos hasta saciarme, mientras notaba cómo su ...