1. Finjo ser la novia de mi mejor amigo


    Fecha: 08/04/2020, Categorías: Confesiones Autor: rubyg, Fuente: CuentoRelatos

    ... lo que estaba haciendo. Estaba hurgando en el armario de la hermana de mi amigo. Ella siempre había sido amable conmigo, así que me sentía un poco culpable. Me probé varios pantalones, y aunque me estaban bien de cintura, las perneras me quedaban ridículamente cortas.
    
    -Es inútil, la ropa de tu hermana no me vale.
    
    -Sólo te has probado pantalones, inténtalo con un vestido.
    
    -Ni hablar, eso es demasiado…
    
    -Demasiado femenino, esa es la idea, ¿no?
    
    No pude responder a eso. Busqué un vestido con falda larga pero no encontré ninguno. Me decidí por un vestido sencillo, con dibujos de flores.
    
    Había visto a Sara (la hermana de Javi) llevar ese mismo vestido y siempre me había gustado. Lo malo era que a ella la falda le llegaba hasta un poco por encima de la rodilla, pero como yo soy más alto que ella, a mí no me tapaba ni la mitad del muslo. De un cajón, Javi sacó entonces unas bragas negras de encaje y un sujetador con relleno a juego.
    
    -Toma, ponte esto. Yo voy a por algodón para hacerte las tetas.
    
    -Un momento, ¿para qué quieres que me ponga unas bragas? Se supone que nadie mirará bajo el vestido, ¿no?
    
    -Sí, se supone, pero hoy hace viento y esa falda te queda corta, ¿y si una ráfaga te la levanta?
    
    -Visto así… solo se me ocurre una cosa más humillante que el viento haga que se me vean las bragas: que el viento haga que se descubra que soy un travesti.
    
    -¡Ese es el espíritu! Enseguida vuelvo.
    
    Me bajé los calzoncillos, cogí las braguitas y me quedé un ...
    ... momento mirándolas. “Desde luego son sexys”, pensé. Me las puse, y después me quité el vestido para ponerme el sujetador, pero no sabía abrocharlo. En ese momento, Javi volvió con un paquete de algodón para rellenar el sujetador. Me dio vergüenza que me viera de aquella forma, en braguitas y con el sujetador desabrochado, mi primera reacción fue taparme como pude con los brazos.
    
    -Bien jajaja, ese movimiento ha sido muy femenino y… ¡joder!, esas bragas son realmente sexys.
    
    -¡Idiota! Te dije que no te rieras. En vez de decir tonterías ayúdame a abrochar este maldito sujetador.
    
    -Claro, claro, perdóname. De todas formas, te he visto desnudo muchas veces en el pasado, no hace falta que te avergüences así.
    
    La situación era un poco incómoda. Él tampoco sabía muy bien cómo funcionaba el sujetador, de modo que estuvo unos minutos intentándolo. Podía sentir sus cálidas manos moverse torpemente en mi espalda y su respiración en mi cuello. Por fin logró abrocharlo. ¿Cómo pueden las chicas aguantar todo el día con algo tan apretado? Entonces me di la vuelta para que Javi me pusiera los algodones que simularían mis tetas.
    
    Lo hizo con gentileza, tirando suavemente de la copa del sujetador para introducir el algodón y colocarlo en su sitio. Me estremecía cuando accidentalmente rozaba mis pezones. Este trabajo era más difícil de lo que parecía: primero una teta era más grande que la otra, luego la otra era más grande que la una, luego una quedó deforme y ni parecía una teta. Por ...
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