MIS AVENTURAS VI (MÚSICA)
Fecha: 08/04/2020,
Categorías:
Hetero
Autor: XCITANTDLC, Fuente: SexoSinTabues
Recuerdo cuando inicie a laborar como docente, me habían asignado unas horas de música en una secundaria, era un martes, ya en la última clase del día y terminando la clase, todos los alumnos habían guardado sus instrumentos ya y se estaban retirando, pero uno de ellos, Enrique, se había quedado como practicando un ejercicio nuevo que les había dado y que cuando me acerqué me pidió que le explicara, porque no lo había entendido y que creía que no lo podría practicar si no lo entendía. Junto también se había quedado Marcos, otro compañero que siempre andaba junto con él, y que estaba esperándolo para irse juntos. La verdad que esa situación no me había resultado simpática porque yo ya quería irme a mi casa. Pero mientras terminaba de ordenar mis cosas antes de terminar de explicarle el ejercicio a Enrique, también vino la secretaria a buscar mis listas de asistencias, porque como yo no le llevaba los papeles ella también quería guardar todo e irse. Así que le entregué todo listo y le pedí que le dijera al encargado que cuando yo terminara le avisaba para que venga a cerrar todo, así ella se podía ir tranquila. Cuando se retiró terminé de acomodar y guardar mis cosas en el bolso y me acerqué a explicarle el ejercicio a Enrique. Le pedí el bajo y le demostré cómo debía hacer el ejercicio de digitación, le devolví el instrumento y le pedí que lo repitiera. Intentó hacerlo, pero como sucede siempre, en la primera vez tuvo muchos errores, pero vi que el problema más grande era de ...
... postura. Por eso le pedí a Marcos que me acercara una butaca y que Quique se cambiara de la silla a la butaca, y que volviera a repetir el ejercicio. Me puse detrás de él y mientras tocaba le enderecé la espalda. También tuve que levantarle y abrir los brazos para que sus hombros se levanten, pero esto le costaba más. No sé si porque no estaba acostumbrado o porque se estaba aprovechando de que estuviera tan cerca de su espalda, es más, cuando me apoyé, picarescamente me miró de reojo y se sonrió, y aunque yo estaba apurada porque quería ir a descansar, esa situación me causó algo de morbo, porque la verdad que Enrique no estaba nada mal. Así que sin medir las consecuencias, como queriendo divertirme un ratito, me acerqué un poco más y le puse las tetas apoyadas en su nuca. Inmediatamente sentí que se aceleró su ritmo de respiración, y como queriendo disimular giró su cabeza para hacerme una pregunta y sus ojos quedaron clavados en mi pecho, pero inmediatamente le corregí, para que prestara atención en el ejercicio, a lo que me contestó que le costaba mucho, porque le hacía doler los brazos. No le acepté las escusas y le exigí que continuara hasta que le saliera, y que el dolor era por su falta de costumbre. Mientras tanto, no me había percatado que Marcos se había acercado por detrás y me sorprendió cuando me tomó los brazos y me sugirió otra manera para sostenerle los brazos a Quique, pero no me costó mucho darme cuenta de qué era lo que quería en realidad. Porque me hizo ...